Semántica
Estrategias de autorregulación del aprendizaje. Sugerencias metodológicas en el aprendizaje de lenguas extranjeras
Asaya Leví Pérez-Peredo *
UNAM
Resumen Hasta la fecha existen pocos estudios que intenten describir las descripciones locativas básicas en lenguas de señas diferentes a la variante americana. El presente estudio presenta un análisis de los datos provenientes de dos hablantes de Lengua de Señas Mexicana (LSM) recolectados mediante el cuestionario de Ameka (1999). Los datos muestran que la LSM tiene cópula cero y se explica la relación entre figura y fondo en las construcciones analizadas, así como ítems verbales resultantes. De igual modo los datos permiten incluir a la LSM dentro del Tipo 0 de la tipología de descripciones locativas de Ameka y Levinson (2007). |
Summary To date, there are few studies that attempt to describe basic locative descriptions in sign languages other than the American variant. The present study presents an analysis of data from two Mexican Sign Language (MSL) speakers collected using Ameka's (1999) questionnaire. The data show that LSM has zero copula and explain the relationship between figure and background in the analyzed constructions, as well as the resulting verbal items. Likewise, the data all to include preliminarily the LSM within Type 0 of Ameka and Levinson's (2007) typology of locative descriptions. |
Palabras clave descripciones locativas básicas, Lengua de Señas Mexicana (LSM), tipología lingüística. |
Keywords basic locative descriptions, Mexican Sign Language (LSM), linguistic typology. |
Introducción
En términos muy laxos, la lengua de señas es un código que utiliza signos visuales con una estructura lingüística propia que permite la comunicación especialmente en comunidades con discapacidad auditiva. Según estimaciones tanto actuales como de hace tres décadas entre el 90 y el 95 por ciento de los usuarios de Lengua de Señas Mexicana (LSM) tienen discapacidad auditiva y son hijos de padres sin discapacidad (Smith-Stark, 1986; Fridman, 2001). Si bien en la nación mexicana está considera como una lengua minoritaria con un estatus social más bajo, lo cierto es que la LSM tiene una tendencia a subir de estatus entre más escuelas especializadas y más maestros son formados (L.-Dellemary, 2016). Si bien el origen de la LSM puede rastrearse hacia la segunda mitad del siglo XVIII (Faurot et al, 1999), la realidad es que el interés lingüístico por su estudio no es tan reciente. La presente investigación tiene el fin de explorar las características básicas de las descripciones locativas de la Lengua de Señas Mexicana con la intención de determinar el uso de distintos tipos de elementos predicativos (cópulas, verbos de postura o verbos plenos) que describan los eventos establecidos, con sus participantes (semánticos) mínimos. La pregunta central de investigación es conocer a qué tipo de lengua pertenece la Lengua de Señas Mexicana según la tipología de Ameka y Levinson (2007), así como identificar qué motiva la selección léxica en las distintas oraciones locativas recabadas.
1. Datos
Se utilizaron cuestionarios diseñados para identificar relaciones tipológicas entre figura y fondo a partir de imágenes visuales, de tal forma que las expresiones lingüísticas de cada consultante describan la misma situación locativa. Se aplicó un cuestionario a dos participantes: Ameka et. al (1999) Picture series for Positional Verbs. Dicho cuestionario involucra 68 estímulos visuales. Los datos se obtuvieron de dos informantes que aprendieron Lengua de Señas Mexicana en edades tempranas y que debido a su entorno se vieron en la necesidad de aprender esta lengua para poder comunicarse efectivamente.
Con el fin de evitar sesgos o interpretaciones propias de los hablantes en las oraciones, se le pidió a otro usuario de Lengua de Señas Mexicana que colaborara en la traducción.
2. Descripciones locativas básicas
Para entender qué son las descripciones locativas básicas, a continuación se presenta la definición dada por Levinson y Wilkins (2006:337): “las descripciones locativas básicas son expresiones que generalmente son usadas en respuesta a una pregunta del tipo “¿Dónde?” y la razón por la cual se utiliza el término “básicas” es que muchas lenguas utilizan distintos recursos lingüísticos para codificar una construcción que cumpla con un propósito pragmático de locación que tienen construcciones más complejas y que no necesariamente se refieran a la locación de un objeto en particular.” A este respecto, las lenguas hacen uso de construcciones tipológicamente diferentes para codificar la relación de locación entre ‘figura’ y ‘fondo’ (Ameka et al, 1999; Ameka & Levinson, 2007). Por ‘figura’ se entiende una entidad que se mueve o que es conceptualmente capaz de ser movida, mientras que ‘fondo’ se entiende como una entidad de referencia que tiene un contexto estacionario relativo a un cuadro de referencia respecto a la cual se caracteriza el camino, el sitio o la orientación de la figura. (Talmy, 2010). La propuesta tipológica sobre descripciones locativas de Ameka y Levinson (2007) parte del número de verbos locativos contrastivos en lenguas particulares (ver Tabla 1).
Tipo | Inventario | lenguas |
---|---|---|
Tipo 0 | No hay verbo en construcciones locativas básicas | saliva, austronesas, Papua Nueva Guinea |
Tipo I | Un verbo locativo | |
Tipo Ia | Elemento copulativo (multi-funcional) | inglés, tamil, chukchi, |
Tipo Ib | Predicado locativo/existencial | yucateco, japonés, eve, lavukaleve |
Tipo II | Conjunto pequeño y contrastivo de verbos de postura (parado, sentado, acostado) | arrernte, holandés, goemai |
Tipo III | Paradigma amplio e ilimitado de verbos disposicionales | likpe, tzeltal, zapoteco, alemán Laz |
Tabla 1. Tipología de descripciones locativas (adaptado de Ameka & Levinson, 2007: 863,864).
Con el propósito de tener un panorama claro sobre los estímulos presentados a los participantes de este estudio, a continuación, se presenta una tabla con ejemplos de figuras y fondos en el cuestionario de Ameka (1999).
Figuras | Fondos | ||
---|---|---|---|
1. Palo | 35. Palo | 1.Árbol | 35. Roca |
2. Tela | 36. Cuerda | 2. Canasta | 36. Tronco |
3. Cuerda | 37.Botella | 3. Roca | 37. Mesa |
4. Cuerda | 38. Palo | 4. Mesa | 38. Tronco |
5. Papas | 39. Pelotas | 5. Canasta | 39. Piso |
6. Palo | 40. Olla | 6. Mesa | 40. Tronco |
7. Pelota | 41. Cuerda | 7. Suelo | 41 Mesa |
8. Pelotas | 42. Papas | 8. Mesa | 42. Mesa |
9. Palos | 43. Palo | 9. Suelo | 43. Canasta |
10. Botella | 44. Pelota | 10. Roca | 44. Árbol |
11. Frijoles | 45. Cuerda | 11. Suelo | 45. Tronco |
Tabla 2. Ejemplos de algunas figuras y fondos en Ameka (1999).
3. Análisis de los datos
Referente a orden sujeto-verbo-objeto los estudios en lengua de señas han señalado que esa lengua tiende a tener un orden SVO (Quinto Pozos, 1999). Además, la LSM tiende a tener un orden SVO según datos de Cruz Aldrete (2008) aunque la autora señala que también se presentan variaciones OSV, VOS, VSO, OVS y SOV que se dan por cuestiones pragmáticas o semánticas. De acuerdo con el reporte de la traductora, la comunidad sorda del área metropolitana tiende a presentar construcciones en donde el verbo se deja al final, y que son los hablantes bilingües español-LSM quienes regularmente presentan variaciones, especialmente SVO pues parece ser que existe una hispanización del orden.
Es importante tener presente que el espacio es un factor determinante en tres niveles distintos, para la fonología en la estructura interna de las señas, en la formación de palabras (morfología), así como en la sintaxis, para la cual Cruz Aldrete (2008) menciona:
“en la sintaxis el espacio se usa para representar propiamente el espacio, es decir, proporcionar información locativa y por el otro se emplea para representar a los referentes, por ejemplo, en la formación del sistema pronominal y en el establecimiento de las concordancias gramaticales que se indican al construir predicados demostrativos. El uso del espacio y los contrastes espaciales son fundamentales en la sintaxis, y en el discurso, especialmente al establecer una correferencia” (pp. 836-837).
Como se puede entender, el espacio sirve tanto para dar información locativa (1) como para dar una representación del tamaño de los referentes (2).
Cabe resaltar que la LSM es una lengua que tiene cópula cero y regularmente se unen elementos mediante la yuxtaposición de señas. En el caso de los predicados locativos se utilizan diferentes estrategias tales como el uso de verbos plenos, el uso de ítems deícticos, o relaciones entre figura y fondo (Cruz Aldrete, 2008), siendo los últimos dos los de especial interés para el presente estudio pues en los datos no se encontró el uso de verbos como “haber” o “tener”.
Es de especial interés señalar las variaciones que hubo entre los dos participantes con referencia a la relación entre figura y fondo. En primer lugar, el hablante 1 (EBP) hizo referencia en un 98.5% al fondo (2) mientras que la figura pareció no ser tan importante al momento de describir la locación pues solo fue mencionada en un 17.6% de las construcciones (4).
Lo anterior pudiera deberse a que la pregunta utilizada en la entrevista era del tipo “¿En dónde está X?”, siendo X la figura por cuya locación se preguntaba, como consecuencia el hablante omitía la figura en su respuesta puesto que ya fue referida anteriormente. Si bien lo antes mencionado es una posibilidad bastante plausible, el caso del hablante 2 (KVBP) presenta un contraste bastante significativo pues hizo referencia al fondo en un 100% y a la figura en un 94.11% de las construcciones (5). Lo anterior puede indicar que se trata de una variación idiolectal.
Como se puede apreciar en 5a y 5b, el orden del ítem locativo puede presentar variación y como resultado pudiera verse comprometida la interpretación de la locación ya sea de la figura o del fondo. Sin embargo, lo anterior pudiera resolverse mediante el orden de presentación de uno u otro y los datos parecen apoyar esta hipótesis. Los hablantes presentaron bastante consistencia en el orden de presentación de la figura y el fondo, pues el hablante 1 (EBP) presentó en primer lugar al fondo3 en un 90% y solo en una ocasión presentó primero a la figura (4). Por su parte el hablante 2 (KVBP) presentó en primer lugar al fondo en un 94.8% como en 86) de las construcciones y solo en tres oraciones presentó primero la figura (7).
3.1 Descripciones locativas: ítems locativos, ítems de postura
Con base en los datos obtenidos en los cuestionarios es posible presentar un inventario con los ítems que utilizaron los hablantes de LSM entrevistados. A continuación, se presenta en la Tabla 3 una recopilación de los ítems usados por los hablantes divididos en dos columnas: (1) los ítems que indican locación y (2) los ítems que indican la postura. No se incluye una tercera columna de verbos porque solo el segundo hablante (KVBP) utilizó el verbo “ver”, sin embargo, no hay ninguna relación entre el uso del verbo y la descripción locativa.
Hablante 1 (EBP) | Hablante 2 (KVBP) | ||
---|---|---|---|
Ítem de Locación | Ítem de Postura | Ítem de Locación | Ítem de Postura |
Adentro | Inclinado | En medio | Inclinado |
Encima/sobre | Cayendo/Colgando | Encima/sobre | Cayendo/Colgando |
En medio | Diagonal | Adentro | Colocadas |
Arriba | Colocadas | A un lado | Clavado |
Alrededor | Paradas/ vertical | Alrededor | Boca arriba |
Aquí | Esparcidas | Ahí | Horizontal |
A un lado | Enrollada | Aquí | Clavada |
Junto | Hacia abajo | Parada | |
Horizontal | Volteada | ||
Esparcidos | En tiras | ||
Cruzada | Acostada/horizontal | ||
Atravesada | Cruzado | ||
Distribuida | Recargado | ||
En tiras | |||
Volteada |
Tabla 3. Ítems de locación e ítems de postura en Lengua de Señas Mexicana.
Es de vital importancia mencionar que los participantes usaron ítems de postura que en su traducción parecen provenir de un verbo, puesto de otro modo, tienen una forma verbal resultativa (p.ej., esparcidas, cayendo/colgando, amarrado). Respecto a los verbos, trabajos previos han abordado la dificultad que existe en su análisis, en primer lugar, porque mientras que algunos verbos siempre conservan la misma apariencia, existen otros que tienen gran variación y no son estables (Fridman, 1996). En segundo lugar, no hay consenso sobre la morfología verbal pues algunos autores han explicado que los verbos no tienen una conjugación y que es mediante otro tipo de señas mediante las cuales puede hacerse referencia a otros tiempos verbales (Melgar, 2009), mientras que otros explican que sí tienen morfología flexiva (Cruz Aldrete, 2008). Finalmente, existen comparativamente menos trabajos que presenten datos sobre los verbos en LSM en comparación con otras lenguas signadas como la ASL (Jhonson & Lidell, 1987; Supalla, 1978) y por lo tanto existe menos información al respecto.
Con lo anterior, sería muy aventurado aseverar que los ítems de postura que tienen una forma verbal en la traducción (p.ej., esparcidas, cayendo/colgando, volteado) proceden de verbos. Otro dato que nos ayuda a concluir esto es que la seña del verbo y del ítem de postura es diferente (8) y aunque en la glosa pudiera traducirse de la misma forma, el evento de la realidad codificado en una oración pudiera ser diferente.
Además, existen oraciones en donde los ítems de posición de algunas oraciones que tienen una forma verbal en la traducción (p.ej., parado, inclinado, acostado) pudieran intercambiarse por una traducción (9) de alguna palabra de postura similar con forma no verbal (p.ej., horizontal, vertical, diagonal).
No obstante, en las traducciones existe un ítem de postura que aparece en repetidas ocasiones y que pudiera mantener un significado más verbal que es el de “colocado”. En las oraciones en las que aparece, este ítem suele hacer referencia al movimiento que se necesita para colocar cierto objeto en una postura específica (10).
En (10) es perceptible que además el ítem ‘colocado’ puede dar información de número, en caso de que sean cinco como en (10a), lo que implicó que el movimiento se hiciera en repetidas ocasiones similar a (10b) en donde la seña se hizo cuatro veces también y puede sugerir que fueron varias pelotas y no necesariamente que fueron cuatro. Más aún, en algunas oraciones el ítem “colocado” es acompañado de más información de postura (11) o de “locación”.
Otros dos ítems de postura con las mismas características de “colocado” serían “clavado” (13), “amarrado” (14) y enrollado (15).
Si bien estos ejemplos ilustran un posible rasgo verbal de los ítems de postura “colocado”, “clavado”, “amarrado” y “enrrollado”, por las razones previamente expuestas, añadiendo que en este trabajo no se recopilaron datos sobre las señas de los verbos antes mencionadas, dichos ítems están incluidos en esta sección como ítem de postura en lugar de eventos resultativos.
Con referencia a la frecuencia de los ítems, un análisis más detallado de los datos indica que para ambos hablantes los ítems de postura eran más frecuentes (EBP:79.4%, KVBP: 55.8%) que los ítems de locación, aunque la diferencia no fuera tan significativa en el uso de ítems locativos para el hablante 2 (KVBP:51.4%) como lo fue para el hablante 1 (EBP:42.6%). Sin embargo, es interesante mencionar que poco más del cincuenta por ciento de las oraciones del hablante 1 que incluían el ítem locativo también incluían un ítem de postura (16), cifra que dista en gran manera del hablante 2 quien construyó menos oraciones (17) con ambos ítems.
Resulta de interés que un número considerable de oraciones utilizaba un ítem de postura cuando era antecedido de la locación adentro (p.ej., 16a, 16b, 17a, entre otros) posiblemente porque los hablantes requerían enfatizar la postura de alguna figura contenida en algún objeto.
3.2. Deícticos
Por último, los hablantes produjeron un número de oraciones reducido en las cuáles se utilizaron deícticos como “aquí” (18) y “ahí” (19)4 y que pudieran presentar diferencias en su uso comparadas contra otros ítems locativos.
Es posible que el uso de uno u otro deíctico dependa del grado de complejidad o la longitud de las construcciones, de tal modo que aquellas construcciones más complejas elijan el deíctico “aquí” mientras que las más sencillas el deíctico “ahí”; sin embargo, lo anterior no explicaría 18b y 19ª. Por lo tanto, las diferencias pudieran deberse al grado de especificidad que se requiere para entender la locación en los ejemplos de (18), que no es necesario para los ejemplos de 19, en los cuáles además el fondo tiene una superficie irregular.
Conclusiones
Después del análisis anterior es posible concluir que, con un análisis preliminar, la Lengua de Señas Mexicana (LSM) pertenece al Tipo 0 de la tipología de descripciones locativas propuesta por Ameka y Levinson (2007) puesto que, con base en este primer acercamiento, esta lengua no usa ningún verbo en construcciones locativas básicas y no tiene verbos copulativos. Sin embargo, es necesario realizar estudios que ahonden en la naturaleza de los ítems que pudieran tener un origen verbal y que en este trabajo se incluyeron como ítems de postura (p.ej., “colocado” “clavado” “amarrado” “enrollado”).
De igual manera, las oraciones analizadas muestran que el fondo es significativamente más requerido que la figura para entender la locación de esta y que es más frecuente describir su postura que su locación. Asimismo, los datos mostraron que la LSM hace uso de ítems locativos cuya traducción no es estable y pudiera ser intercambiado por otros.
Futuros trabajos pudieran extraer información de una muestra más grande, que incluye sujetos con diferentes rangos de edades o que incluso tengan una edad de adquisición distinta para saber si hay una correlación entre esta y la complejidad de las construcciones locativas básicas. De manera similar, investigaciones que incluyan situaciones de movimiento pudieran arrojar más luz sobre el tipo de ítems de postura que existen en esta lengua y analizar si tienen un origen verbal o no.
Bibliografía
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Talmy, L. (2000) Toward a cognitive semantics. Two Volumes. Cambridge, Massachussets; The MIT Press.
* Asaya Leví Pérez-Peredo: Es licenciado en Enseñanza de Inglés por la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, así como maestrante en Lingüística Aplicada, pertenecientes a la UNAM. Ha sido profesor de lengua inglesa desde el año 2011. En el área de investigación, ha sido colaborador en distintos proyectos del Laboratorio de Psicolingüística, relacionados con el síndrome de Down y un proyecto bilateral con la Universidad Estatal de San Diego. Actualmente, centra su investigación en adquisición de segundas lenguas. Ha sido ganador de la medalla Gustavo Baz Prada al servicio social (2016) y de una mención honorífica en el premio Wigberto Jiménez Moreno a la mejor tesis de lingüística a nivel licenciatura (2017), así como de un premio Egregius (2019) por su labor docente. Dentro de sus publicaciones se encuentran.
1 El formato de los ejemplos será una adaptación de Cruz Aldrete (2008). Las adaptaciones son las siguientes: (1) se añade la marca -f si la seña es una firma (una palabra estandarizada) de lo contrario será tomada como una seña descriptiva. (2) se ponen entre paréntesis glosas que corresponden a una sola seña (3) una barra diagonal / indica dos posibles traducciones de una misma palabra (4) en {} se encuentra lo implícito con el fin de darle sentido a la glosa.
2 Para los ejemplos se utiliza el siguiente formato: Siglas del participante_cuestionario_número del ítem (p.ej., EBP_SL_01).
3 Solo se analizaron las oraciones en que se presentaron tanto figura como fondo y se excluyeron del análisis aquellas que solo incluían una de las dos. Total, de oraciones analizadas: EBP=10 KVBP=58.
4 Es crucial mencionar que los deícticos traducidos aquí o ahí fueron interpretaciones de la traductora y posiblemente la diferencia entre entender uno u otro puede provenir de la direccionalidad del índice de las manos.