Editorial
El uso de las TICE o TIC para la enseñanza-aprendizaje durante un tiempo sólo fue una opción limitada para algunos alumnos, profesores e investigadores.
En año 2012 el Grupo de investigación en Lingüística Aplicada (GILA) abre un proyecto para estudiar las teorías y literatura sobre la enseñanza aprendizaje de L.E. con base en las nuevas tecnologías (TIC) para después proponer un modelo de aprendizaje alternativo al presencial.
Así surgen aulas virtuales de inglés y francés en el 2013 donde se experimentan cursos B-learning (híbridos) en una primera etapa y posteriormente E-learning (100% en línea). Ya para el 2016 funcionaban los cursos a distancia para los niveles básicos de inglés. Las diversas investigaciones que se hicieron demostraron que parte del alumnado se adaptaba a esta modalidad, sin embargo, la mayoría de los profesores mostraban rechazo y lo argumentaban en su falta de formación en el manejo de las TICE. Los maestros opinaban que no había interacción social y que las clases en línea no podían ser tan completas y buenas como las presenciales. Había más razones en contra que a favor de dicho modelo educativo.
En el año de 2019 el GILA se organiza el primer encuentro de “Creatividad y tecnología de la información y la comunicación en la enseñanza aprendizaje de medio superior y universidad” (CREATICE) con el fin de compartir ideas y experiencias con colegas de otras instituciones sobre sus hallazgos y experiencias en el uso de las TICE. Hubo coincidencias, este modelo a distancia no era para todos los profesores ni todos los alumnos, pero era una alternativa.
Llega la pandemia en 2020 y las TICE se convierten en la solución mágica para poder continuar nuestras labores no sólo docentes, sino de todo tipo como pedir despensa al supermercado, tener citas médicas y hasta organizar fiestas virtuales para cumpleaños, babyshowers, etc. Las autoridades educativas imponen el modelo de educación remoto, no importa si los profesores están habilitados, o los alumnos cuentas con el equipo y condiciones para conectarse. Se acaba la discusión. Es para todos sin considerar ni reflexionar lo que durante años detuvo el desarrollo y una preparación de calidad para educación remota.
En la actualidad después de más de año y medio de la Pandemia en el mes de octubre de 2021, el gobierno presiona a las Universidades e Instituciones para regresar al modelo presencial. Los personajes de esta historia han cambiado después de más de un año y medio se han adaptado y una gran parte del sector educativo se resiste a volver a lo que llaman “clases normales, las presenciales”. Existen muchos argumentos para este rechazo: que la pandemia aún persiste, que nuestros niños, adolescentes e incluso algunos docentes y todos los que forman parte de la comunidad educativa no están vacunados en un 100%, que las TICE ofrecen un abanico de recursos incontables, más allá de pizarrón y gis o plumón, o un libro, pero que nuestras Instituciones educativas no cuentan con un plan de regreso ni las herramientas tecnológicas suficientes ofrecer un regreso organizados, que es más cómodo y económico para los alumnos que son foráneos o viven muy lejos, que evita tiempo de traslados, que los alumnos en la mayoría de los casos han desarrollado actitudes de aprendizaje autónomo, etc. La discusión ahora es ¿cómo volver a la “normalidad” o si debemos o tendremos que regresar al pasado?
A finales de 2020 se llevó a cabo el segundo CREATICE cuyo tema central fue “La enseñanza aprendizaje en tiempos COVID” en ese entonces la preocupación era cómo lograr que alumnos y profesores se adaptarán a la modalidad a distancia usando las TICES. En este número encontraremos distintas experiencias de profesores y alumnos durante los primeros meses del uso de la educación remota como única opción para no detener esta actividad fundamental de toda sociedad.
El artículo de Pérez y Cortés “De microsiervos a microdocentes: Educación en tiempos de bits” abren el número con una profunda reflexión sobre el trabajo exhaustivo de los profesores para adaptarse al uso de las TICE para la enseñanza-aprendizaje en Tiempos COVID y como la tecnología absorbe su tiempo y vida, no obstante, al final hay un mensaje esperanzador: jugar y divertirse ante este nuevo reto.
Por su parte Sandoval Nando en su trabajo “Aprendizaje Autorregulados en la educación a distancia. ¿El paraíso o el infierno?” Sugiere una serie de estrategias cognitivas que pueden ayudar a los alumnos a enfrentar de una manera más asertiva su estadía durante el tiempo que dure la modalidad a distancia, la cual considera no es para todos los estudiantes.
Ruiz y Aranda en su artículo “La enseñanza a distancia en tiempos de COVID 19 como indicador de desigualdad social y educativa” plantean el desafío de cómo trabajar desde casa, ha hecho resurgir y agravarse los problemas de toda índole en la educación, ya sea presencial o a distancia que van desde inconvenientes de conectividad y económicas, carencias socio-afectivas, hasta problemas de salud física y mental que requieren atenderse ya.
Valencia Sánchez en su narración “Y su testimonio será un ancla a la esperanza” describe desde una visión muy personal y conmovedora cómo vivió los primeros meses de la pandemia y cómo el uso de la tecnología la acercó a sus alumnos, una generación que serán recordados por su testimonio de esperanza.
Hernández Riwes presenta en su artículo “Ghost in the machine” el plan para educación remota que surge como respuesta de la Rectoría general de la UAM llamado PEER para continuar con las actividades docentes y de la UAM-A. Su trabajo se centra en el caso particular de CELEX Azcapotzalco resaltando en su reflexión la experiencia y formación de algunos docentes de lenguas en el uso de las TICE que ayudó a crear un “sólido espacio virtual académico”.
El número termina con el estudio de caso de Bolaños y Mendoza intitulado “Transición hacia el aprendizaje remoto en tiempos de COVID-19. (Caso de estudio en la UAM-Azcapotzalco)” el cual se llevó acabo en el trimestre 20-I las profesoras afirman que hubo una buena aceptación de los alumnos en la transición de lo presencial a lo remoto, a pesar que algunos alumnos coincidían en el invierno 2020 que les generó angustia, frustración, preocupación y estrés.
Para finalizar este editorial sólo me queda dar las gracias a los que hacen posible la publicación de este material tan valioso y aún vigente, en una pandemia que no parece tener fin: Brenda Rumbo entusiasta y comprometida; Gerardo Pérez Barradas incansable e invencible.
Gabriela E. Cortés Sánchez Coordinadora del número 28 Dossier especial CREATICE 2020 |