junio - noviembre 2018
ISSN 2007-5480

Interculturalidad

Amor en porcentajes: un dilema del ser humano (entre literatura, películas y canciones)1

Alejandra Sánchez Valencia *
UAM - Azcapotzalco

Resumen

Amor en porcentajes: un dilema del ser humano.

Imaginar a la pareja ideal, a quien se pueda considerar el amor en nuestra existencia, ha sido tema de la literatura, el cine y la música, donde cultura y geografía tienen un lugar preponderante que puede tener sus puntos de unión entre una y otra etnia.

Haruki Murakami, en el cuento “La mujer cien por ciento perfecta” nos presenta el dilema por el que atraviesa el narrador para decidirse a seguir a la joven de sus sueños y proyectar escenarios pasados, presentes o futuros. En este artículo se exploran los puntos de contacto de esta temática con otras representaciones culturales.

 

Summary

Love Expressed in Percentages: A Human Being Dilemma.

To imagine an ideal partner, someone considered a beloved one in our existence has been a topic in literature, movies and music. Culture and geography play an important role and there might be coincidences no matter what the ethnic group is.

Haruki Murakami in the story “On Seeing The 100% Perfect Girl One Beautiful April Morning” shows the dilemma the narrator is going through to decide following the woman of his dreams. And in doing so, he projects past, present and future scenarios.

In this article, the coincidences there are with some other cultural representations are explored.

 

Palabras clave

Canciones de amor / historias de amor / Murakami / Osmond Brothers / imaginario.

Keywords

Love songs / love stories / Murakami / Osmond Brothers / Imaginary.


 

Imagine el lector que mientras posa sus ojos en este artículo, existe la oportunidad de encontrar al amor de su vida si es que aún no existe.

¿Cómo es él? ¿Cómo es ella? ¿Cómo es ese ser humano perfecto que ronda en nuestros anhelos más internos? Incluso, ¿qué lo hace perfecto? ¿Qué lo diviniza o humaniza?

Hagamos un breve recuento de nuestros gustos y aficiones, de nuestras preferencias y de nuestras posibilidades así como de lo que podemos ofrecer en nuestra ajetreada vida. De hecho, esto que imaginamos y sentimos, ¿podría ser compartido en algún otro lugar del mundo? ¿Acaso la cultura y geografía desempeñarían un papel de tal importancia que esta sensación fuera tema en la literatura o en el cine de un único lugar?

No, su intuición no le ha fallado. El tema es compartido. Por ello, sigamos imaginando, pero ahora una serie de cajitas chinas en las que se entronizará el tema de este artículo: “Amor en porcentajes, un dilema del ser humano (entre literatura, películas y canciones)” y la forma en que Haruki Murakami, escritor y traductor japonés, lo recrea en una de sus historias.

Murakami, nacido en Kioto el 12 de enero de 1949, se ha distinguido dentro de la literatura tradicional japonesa, por su manera surrealista para trabajar así como por el enfoque otorgado a su obra en que los temas de la soledad y la alienación destacan en una atmósfera surrealista.

Desde muy joven, Haruki Murakami recibió una fuerte influencia occidental debido a las lecturas que realizaba y la música que oía, mismas que han dado un toque diferente a su producción, que muchas veces ha sido considerada como “pop” en su tierra natal.

Entre 1980 y 1991, Murakami escribió 17 relatos que aparecieron principalmente en revistas como The New Yorker, Playboy y The Magazine (Mobil Corp.) y que finalmente fueron publicados en un tomo único, primero en japonés en 1991, y luego en inglés en 1993 intitulado El elefante desaparece (The Elephant Vanishes). Hoy nos referiremos al cuento “La mujer cien por ciento perfecta”, que de hecho, del inglés al español podría traducirse como “Ver a la chica 100% perfecta en una hermosa mañana de abril” (“On Seeing The 100% Perfect Girl One Beautiful April Morning”). Y es que el narrador se sitúa en Harajuku, una estación en Tokio, Japón, situada sobre la línea Yamanote en el barrio de Shibuya. Un sitio que se distingue por su popularidad si se quiere ir de compras y por la afluencia de jóvenes que se dan cita ahí, en especial los domingos en que exhiben lo peculiar de sus vestimentas por lo extravagante o retro; un lugar bullicioso con música en vivo.

¿Podría el lector imaginar el equivalente a algo así en su recorrido a casa o al trabajo todos los días? ¿Un sitio con gran afluencia y bullicio? Podría ser casi cualquier lugar y cualquier estación de metro, al final las grandes ciudades tienden a hermanarse.

Así que el narrador tutea al lector y le confiesa que “en una hermosa mañana de abril, en una callecita del barrio de moda Harajuku se ha topado con la chica 100% perfecta”. (Murakami: 1993). Y ya en confianza aclara que, ante todo, no es guapa y ni siquiera sobresale en modo alguno, su ropa tampoco tiene nada de especial, ni su peinado, que aún muestra la marca de cuando durmió, es decir se aprecia lo que los mexicanos llamaríamos “un gallo”. Y si tampoco es tan joven, puesto que raya en los treinta, lo cual hace que no sea como lo anunció: “una chica”, ¿entonces por qué ese rugir en el pecho y la boca seca cual desierto?

Y viene el reto al lector que “a lo mejor tiene su tipo preferido de chica” pero que seguramente “nadie puede insistir en que se trate de alguien cien por ciento preconcebido”. El comentario lo hace enseguida para un amigo que no puede entender que él no recuerde rasgos como la nariz, la forma de los ojos o el tamaño de los senos de alguien que es 100% perfecta. (Murakami: 1993). Y en todo caso, ¿cómo se encontraron? Él caminando hacia el este y ella hacia el oeste, en algún momento hubo un “serendipity”, una sincronía, una coincidencia de tipo cósmico, pero ¿por qué no la siguió, o le habló, o se hizo notar? Y aquí se cae en la cuenta de que la supuesta conversación con el amigo tiene lugar en su imaginación, desplazada a futuro como si ya hubiese ocurrido la escena que, en realidad, está a punto de ocurrir pues cada vez está más cerca del punto en que se encontrarán dos caminos.

Así, desde ese deslizamiento a futuro que trabaja Murakami, el personaje reflexiona en los diferentes modos para abordar al prospecto, pero todos le parecen fallidos y ridículos antes de ser realizados, incluso, en los más osados, se visualiza rechazado por ella y con el corazón roto. Es más, lo apocalíptico le gana cuando descubre que ella trae un sobre en la mano que requiere una estampilla para ser enviado. ¿No podría ser, acaso, que ella se desveló durante la noche para escribir la carta en la que narra todos sus secretos a alguien? Y así, en medio de tanta elucubración, el narrador ha dejado escapar la oportunidad. Entonces, con más calma imagina que una buena manera de abordarla pudo ser con un “había una vez”. (Murakami: 1993).

 Así, únicamente le habrían bastado 30 minutos para presentarse a la chica y narrarle una historia en que dos jovencitos (haciendo alusión a ellos, en un pasado un tanto lejano): una que venía del este y otro del oeste, entrecruzaron sus caminos y se reconocieron mutuamente como ese “otro” 100% perfecto al que se puede amar y con quien se puede compartir la vida, simplemente porque están solos y son comunes y corrientes, el lado extraordinario sólo entre sí lo contemplan. No obstante, ¿cómo sería posible que unos adolescentes de 15 y 18 años en un instante hubiesen logrado lo que tantos anhelan en toda una existencia? ¿Por qué entonces no retar al destino y darse un plazo? ¿Una década y media, tal vez? Y si la sincronía ocurría, ya sin duda alguna unir sus vidas. Pero algo sucedió, esos fueron años en que ambos crecieron, enfermaron de influenza y cada quien olvidó la parte sentimental y de los sueños, la de la intuición y las corazonadas, pero tornaron en adultos civilizados, contenidos, exitosos, y probaron en el camino que incluso es posible amar al 75% o al 80% y lo ocurrido en la adolescencia era eso… un sueño de abril. ¿Y qué sucede cuando el milagro ocurre y la vida, el universo entero se confabula y teniendo él 32 años y ella 31 se vuelven a encontrar justo como ocurrió en 1981? Sólo el corazón muestra un destello de reconocimiento, no así la mente, ni las formas, y entonces sí se alejan para siempre.

Esa es la historia, imagina el narrador al que ha dado vida Haruki Murakami, que habría contado a esa chica 100% perfecta para terminar con un: “¡Qué historia tan triste, no le parece?”. (Murakami: 1993).

El escritor japonés ha abordado un tema recurrente aunque con finales más o menos alejados de lo que él plantea, y aquí es donde el oyente puede imaginar cómo las cajitas chinas anidan una en otra con canciones y películas que tal vez escuchó o vio, o de las que, en modo alguno tiene alguna referencia. Pensemos, por ejemplo en “Algo para recordar” (“An affair to remembe”r), esteralizada por Cary Grant y Deborah Kerr en 1957 (aunque hay una versión de 1939), en que un playboy ya comprometido, conoce a una cantante (también comprometida) en el crucero que los lleva a Nueva York. En esa breve semana de viaje, en que ninguno está acompañado por su pretendiente, caen en la cuenta de que son el uno para el otro, y unir sus vidas a alguien más sería un error. Sin embargo, quieren retar al destino y darse un plazo de seis meses en que cada uno probará que es merecedor del otro y volverán a reunirse en lo alto del Empire State. Así, el espectador observa que cada uno cancela su compromiso, consigue empleo y tiene una vida más modesta, pero el gran día del encuentro, sucede que cuando ella está a punto de llegar, es atropellada y queda paralítica. Él se siente engañado y descalificado y da por sentado que si ella no acudió al encuentro fue porque finalmente contrajo nupcias con su antiguo pretendiente. Lo cierto es que ninguno realiza ningún tipo de enlace y mucho tiempo después se vuelven a encontrar, pero ambos son orgullosos para preguntar o narrar qué es lo que sucedió. En realidad, él quiere despedirse y le comenta que ha seguido la carrera de pintor y hubo un cuadro en que la dibujó pero que nunca quiso vender y su administrador recién lo había regalado a una pobre mujer en silla de ruedas. Sólo entonces ambos descubren qué es lo que había pasado, pues ella tiene en su haber dicho retrato. Se abrazan y tal es el final de la película.

Por otra parte, “Sintonía de Amor” (cuyo título original en inglés es Insomne en Seattle, “Sleepless in Seattle”) de 1993, esteralizada por Meg Ryan y Tom Hanks, muestra la historia de una joven comprometida que vive en Baltimore y de un joven viudo que vive con su hijo en Seattle (son, como el lector ya habrá podido imaginar, lugares de las costas opuestas en los Estados Unidos, una vez más se juega con la geografía en relación al este y al oeste). Ella es una periodista exitosa, autosuficiente y bastante escéptica en cuestiones de magia y milagros (cosa en la que sí creyeron sus padres como para saber que eran el uno para el otro y contraer nupcias). Pero aquella noche, en la víspera navideña, ella viaja en su auto y por casualidad escucha un programa de radio al que ha llamado un niño de ocho años que pide una nueva esposa para su papá que desde que enviudó está tan triste. La doctora Marsha pide a Jona que la comunique con su padre, quien sorprendido por el atrevimiento de su hijo, narra el modo en que su antigua esposa era extraordinaria porque convertía un millón de asuntos ordinarios, cotidianos, en algo verdaderamente especial.

Fueron muchas las mujeres que quedaron conmovidas con aquella llamada al aire a una emisora, pero en el caso particular de Annie Reed, la periodista, supuso una duda existencial y el cuestionar el paso que estaba a punto de dar. Ella establece contacto con el niño y el plazo para el encuentro es el 14 de febrero en lo alto del Empire State. Ese día, y tras muchas viscicitudes que entretienen al espectador, ella cancela su compromiso y se lanza a la aventura del encuentro en que el universo se confabula con su osadía y la magia tiene lugar. Padre e hijo se encuentran con Annie, con esa sensación del 100% de la que hablaba el narrador de Haruki Murakami.

Y la última cajita china, aunque hablemos de un autor japonés, tiene que ver con la cultura pop, y una canción muy de moda en la década de 1970, interpretada por Donny & Marie Osmond, en que narran la historia de una chica que vivía en el lado de la montaña donde oscurecía, y el joven vivía en el lado donde amanecía. Eran perfectos el uno para el otro, pero no había la más remota oportunidad de conocerse, ni siquiera de sospechar de su existencia, pues geográficamente el destino les había jugado una mala pasada, y era una verdadera lástima que lo que podía convertirse en un gran amor, fuera tan sólo como un beso lejano.

Así, podemos darnos cuenta de que un tema abordado por Haruki Murakami en el lejano oriente, ha sido tema en occidente, lo que ha cambiado, quizás, es el tinte con el que el autor japonés dibuja a una sociedad en que el miedo ha vencido a la intuición y al arrojo. Por ello, doquiera se encuentre usted, considérese invitado a considerar si se puede amar en porcentajes, y si el hombre o la mujer 100% perfectos lo son simple y llanamente por su extraordinaria cotidianidad, y si su retrato circula entre literatura, películas y canciones.

Referencias

Donny & Marie Osmond-Morning Side of the Mountain Lyrics http://www.metrolyrics.com/morning-side-of-the- [consultado el 21/enero/2014].

Ephron, N. (1993) Sintonía de amor. Estados Unidos: TriStar Pictures. (Visto 20/feb/2014)

El cultural. Haruki Murakami. Lunes 20 de enero de 2014. http://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS [consultado el 21/enero/2014].

Harajuku   http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Haraj [consultado el 21/enero/2014].

Haruki Murakami http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Harul  [consultado el 21/enero/2014].

Murakami, Haruki. “On Seeing The 100% Perfect Girl One Beautiful April Morning” en The Elephant Vanishes, Vintage Press, s.l.,1993. (pp. 68-72).

The Elephant Vanishes Study Guide-Introduction-Haruki Murakami http://www.enotes.com/topics/elephant-vanishes [consultado el 21/enero/2014].

Tú y yo (LoveAffair, 1939, Full movie, Spanish,Cinetel…) www.youtube.com/watch?v=5ddcwE5lKAik 19/9/2012- Subido por CINETEL MILTIMEDIA. (Visto 19/feb/2014).

 


* Alejandra Sánchez Valencia: Profesora-investigadora titular “C”, tiempo completo en Lenguas Extranjeras, en la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco. Licenciada en Enseñanza de Inglés (UNAM, 1991). Maestra en Estudios México-Estados Unidos (UNAM, 1998). Maestra en Letras Modernas en Lengua Inglesa (UNAM, 2015). Diplomada en literatura infantil: una puerta a la lectura (UNAM/IBBY, 2011). Realizó una estancia académica en la Universidad de Oslo, Noruega (2001). Ha sido ponente en congresos dentro y fuera del país. Cuenta con publicaciones nacionales e internacionales tanto de artículos de investigación como de obra propia.

1 La información aquí contenida, con algunos cambios fue utilizada para la producción radiofónica de una de las cápsulas culturales en el ciclo “Horizontes Cruzados: Asia Cercana”, UAM Radio 94.1 FM, en el 2014.

 

Reserva de Dererchos-INDAUTOR: 04-2010-060210103400-203
ISSN 2007-5480