junio - noviembre 2015
ISSN 2007-5480

Políticas Lingüísticas

La lengua como factor económico

Alberto García Pujals *
Instituto Cervantes

Resumen

En este trabajo se reflexiona sobre el español como la segunda lengua de comunicación internacional y su valor económico como herramienta para establecer relaciones comerciales en beneficio de la comunidad hispanoparlante en el contexto actual de España.

Summary

This paper reflects on the Spanish as the second language of international communication and its economic value as a tool to establish business relationships in the Hispanic community for the current context in Spain.

Palabras clave

Herramienta lingüística, español de negocios, cluster.

Keywords

Linguistic tools, Spanish for Business, Cluster.


 

Introducción

El creciente interés por ELE habría que atribuírselo al hecho de que el español, con unos 450 millones de hablantes nativos y otros 60 millones de aprendientes, se sitúa como segunda lengua de comunicación internacional.

En este sentido, José Luis García Delgado, director del proyecto presentado en la Universidad de Salamanca “Valor económico del español: una empresa multinacional”, insiste en el potencial económico de la lengua española como herramienta para establecer relaciones comerciales con todo el mundo en beneficio de la comunidad hispanohablante.

Es, por cierto, en este contexto donde surge la enseñanza del español de los negocios (ENE), destinada a proporcionar las herramientas lingüísticas a los profesionales con el fin de comunicarse con los actores de las economías hispanas, enriqueciéndolas con sus intercambios comerciales. (Nota del estudiante).

Juan R. Lodares, autor de Lengua y patria. Sobre el nacionalismo lingüístico en España (2002), afirma que el español es “un código de comunicación oficial en numerosos organismos internacionales cuya actividad negociadora en EE.UU., Europa e Hispanoamérica produce unos 500.000 millones de dólares anuales”. El mismo autor sitúa la lengua española “en el centro de nuestras actividades económicas” debido a que “aporta el 15% del PIB español” y “si nos sumamos a las cifras que la lengua produce en Hispanoamérica más las que da en EE.UU., advertiremos que en torno al español gira el 9% del PIB mundial”.

Respecto a los sectores que se sirven de la lengua como herramienta principal, Lodares destaca la industria de la enseñanza de idiomas ligada al turismo, con 200.000 estudiantes de español anuales viniendo a nuestro país y moviendo unos 500 millones de euros. Además, cita la importancia de las exportaciones de la industria editorial, “que multiplica por doce las cifras del turismo idiomático”, 6.000 millones anuales. Por último, iguala la intensidad del negocio editorial a la del de las TIC.

La expansión

Aunque las cadenas de radio y televisión en español se hayan duplicado en la última década en EE. UU., como dice Eduardo Lago, director del Instituto Cervantes (IC) de Nueva York, en El País en octubre de 2008, solamente “en torno al 4% de las páginas web están escritas en nuestro idioma”, según Cipriano Quirós Romero (2010).

Concretamente, el uso de internet como canal de comercialización de ELE se usa en el 16% de los casos, según Óscar Berdugo en su informe El español como recurso económico: anatomía de un sector. Este autor añade que, en el 35% por ciento de los casos, son empresas extranjeras las que organizan los viajes educativos, seguidas de un 25% de instituciones educativas también extranjeras. La promoción directa la realizamos nosotros en un 20% de los casos mediante ferias y publicidad y en un 9% mediantes organismos españoles en el extranjero.

La realidad del sector de enseñanza de ELE en España

Miguel Carrera Troyano, profesor titular de Economía Aplicada y coautor del citado libro La economía de la enseñanza del español como lengua extranjera (2010) lamenta que la enseñanza de ELE se encuentre categorizada junto a las enseñanzas no regladas, como mecanografía, peluquería o el corte y confección.

Además, Carrera destaca la precaria situación en la que se encuentran los profesores de ELE, a los que se les exige más en formación de lo que se les ofrece en condiciones laborales, que a su vez adolecen de contratos temporales, salarios bajos o pocas perspectivas profesionales.

Carrera añade que la enseñanza de ELE debería categorizarse como actividad económica preferente por la cantidad de recursos económicos que atrae hacia sí y hacia otras actividades como el turismo, la hostelería, el ocio, la alimentación, el comercio o las editoriales.

El profesor arguye que, si las administraciones públicas no sitúan la enseñanza de ELE como sector preferente, se debe a la falta de datos oficiales para identificar a los agentes participantes en el sector. De hecho, aunque los agentes con ánimo de lucro como las academias estén bien identificados, otros como escuelas oficiales de idiomas, ayuntamientos, CC.AA., fundaciones o sindicatos no se identifican tan fácilmente. A parte de esto, falta también información más detallada, como la duración, el tipo y el precio de los cursos o el gasto de los alumnos, siempre según el autor.

¿Un Cluster de ELE en España?

Así pues y según el citado profesor, a parte de la falta de datos oficiales que describan el sector de ELE, otra razón por la que las administraciones públicas no crean políticas de apoyo es la inexistencia de un cluster o “red de empresas ancladas en ámbitos geográficos locales, donde interactúan con otros agentes de carácter científico y organizativo”, según lo define Climet López, de la Universidad de Zaragoza.

En su informe Estrategias para el desarrollo del cluster de enseñanza de español en Salamanca, Rodrigues-Silveira y el mismo Carrera detallan que un cluster, como “gestión conjunta de un aglomerado productivo” debe cumplir los requisitos de confianza mutua, liderazgo de una gran empresa organizadora y promotora del sector, instituciones reguladoras, intermediarios del conocimientos que transfieran tecnología entre las empresas y solución de problemas.

Berdugo nos proporciona en su citado informe algunos datos sobre el sector de ELE en España, como que se trataba en el año 2000 de unas 250 pequeñas empresas de menos de 20 años con una facturación total de 31.000 millones pesetas ese año y cada uno de cuyos 150.000 alumnos gastó unas 20.000 pesetas por semana en España.

El Cluster potencial de Salamanca

Ambos autores del párrafo anterio afirman que los datos existentes sobre el cluster potencial de ELE de Salamanca hablan de 39 escuelas con una escuela líder, de nombre Cursos Internacionales S.A., que ofrecen cursos especializados e incluyen alojamiento, desplazamiento y actividades culturales, tratándose así de una asociación estratégica existente, pero explorada solo a nivel superficial.

Y continúan: los 46.150 alumnos al año se dejan unos 93 millones de euros anuales, un 3,5% del PIB de la provincia. A estos alumnos les cuestan los cursos unos 180 euros semanales y se gastan otros 175 en alojamiento, más el resto de gastos en alimentación, entretenimiento, cultura y otros que no han trascendido. Sin embargo, Carrera (2010) afirma que aún queda mucho por hacer en este sentido para llegar a obtener algún día ayudas procedentes de políticas públicas.

Fortalezas, flaquezas y conclusiones

De nuevo citando a Berdugo, al hecho de que ELE es una enseñanza no reglada y, por tanto, muchos aprendientes de español no consiguen visado de estudiante para nuestro país, se añade el agravante de que tampoco se invierte suficiente en formación de profesorado para capacitarlo para la gestión de empresas lingüísticas. Esto, junto a la dificultad de las pequeñas empresas de ELE para promocionarse en el extranjero, podría poner en peligro el relevo generacional en el sector. En este sentido y según Carrera, “adquirimos la responsabilidad de administrar este patrimonio, saber agrandarlo, mejorarlo y traspasarlo a las siguientes generaciones”.

Berdugo sostiene que España podría quedarse aislada de América Latina si esta sigue desarrollándose. Para evitarlo, España debería innovar en metodologías y cooperaciones con Hispanoamérica, sobre todo teniendo en cuenta el potencial de España como nexo entre el mercado europeo y el hispanoamericano, lo que según Lodares, “a parte de otro beneficios, nos reportará una posición de fuerza en el mercado de aprendizaje de segundas lenguas”. A este respecto, España toma la iniciativa con el IC pero, según Carrera, sería recomendable una acción conjunta con América Latina, ya que el IC dispone de 77 centros en todo el mundo con elevados costes fijos.

Berdugo sostiene que la competencia de precios conlleva la pérdida de calidad, y la promoción del sector como servicio turístico la pérdida de credibilidad, ambas en el aspecto educativo. Dichas pérdidas mermarían las inversiones y el desarrollo del mercado de ELE. Primero habría que promocionarlo como valor educativo, por ejemplo, estrechando su relación con el subsector editorial y, después, ir sumándole servicios de valor añadido, especialmente si consideramos que el motor de la economía del siglo XXI promete ser la transmisión de conocimientos. Aquí cabe añadir la propuesta de Lodares en El País en julio de 2004: “Hay que crear contenidos culturales de prestigio que ofrezcan una imagen sólida y digna de respeto internacional del mundo hispanohablante”.

Berdugo continúa con que la falta de regulación, promoción y colaboración con el exterior por parte de las administraciones públicas también perjudica nuestra imagen. Aunque haya nacido el Certificado de Calidad de la Enseñanza de Español como Lengua extranjera, sigue existiendo un considerable potencial de mejora en este sentido.

Así pues, dejando de citar autores y plasmando aquí mi única visión propia en este escrito, me aventuro a aseverar que somos nosotros, los profesionales de la enseñanza de ELE y ENE, los últimos responsables de aportar conjuntamente nuestros granos de arena a la dignificación de nuestra labor profesional. Convendría a este respecto sumergirse en una investigación sobre el cluster nacional en torno a ELE, que atrajera políticas públicas de apoyo a la regulación de la calidad y la difusión del servicio para que, en una fase posterior, fuera considerado actividad económica preferente.

Bibliografía

ÁLVAREZ, D., RODRIGUES-SILVEIRA, R. & CARRERA, M. Estrategias para el Desarrollo del Cluster de Enseñanza de Español en Salamanca

BERDUGO, O. El español como recurso económico: anatomía de un nuevo sector.

CLIMENT, E. La política de apoyo a clusters en Francia.

Presentación del libro La economía de la enseñanza del español como lengua extranjera (http://mediateca.fundacion.telefonica.com/visor.asp?e5449-a12195)

http://elpais.com/diario/2004/07/19/opinion/1090188009_850215.html

http://www.nytimes.com/2010/12/30/opinion/30kristof.html?_r=1&emc=eta1

http://www.abc.es/20111206/economia/abci-espanol-produccion-201112060303.html

http://elpais.com/diario/2008/10/06/cultura/1223244001_850215.html

 


* Alberto García Pujals: Alberto García Pujals es licenciado en Traducción e Interpretación por la Universidad Alfonso X el Sabio y en Periodismo por la Universidad Pompeu Fabra. Actualmente cursa el Máster Oficial de Español como Lengua Extranjera por el Instituto Cervantes y tiene tras de sí, en el ámbito académico que nos ocupa, el Posgrado en Didáctica de Español de los Negocios, por la Universidad Complutense. Desde 2005 viene impartiendo clases de ENE en diferentes instituciones como la Universidad Politécnica de Colonia, la European University of Applied Sciences, la Bergische Universidad de Wuppertal y la Sociedad Alemana para las Inversiones y el Desarrollo. Sus clases de ENE y ELE con fines específicos han tenido lugar en la Fundación Vicente Ferrer, para proyectos de desarrollo, y en la Universidad Macromedia, para futuros periodistas.

 

 

Reserva de Dererchos-INDAUTOR: 04-2010-060210103400-203
ISSN 2007-5480