Lenguaje Corporal
LA CONSTRUCCIÓN DEL SIGNIFICADO DEL LENGUAJE CORPORAL EN LA COMUNICACIÓN INTERCULTURAL
Elvia Franco García *
Centro de Enseñanza de Idiomas FES Acatlán, UNAM
Gabriela Cortés Sánchez **
CELEX,
UAM-A
Introducción
Durante la interacción, el ser humano utiliza lenguaje verbal y lenguaje corporal. El verbal se maneja, por lo general, en los contenidos de los cursos de idiomas, no así el corporal que, a través de movimientos y gestos, transmite, de forma inconsciente, un gran número de señales durante la interacción. No obstante, el conocimiento del lenguaje corporal puede coadyuvar a mejorar las relaciones con los demás pues, aunque es un idioma prácticamente mudo, en ocasiones, expresa mucho más que las palabras.
En el contexto intercultural, el lenguaje corporal adquiere mayores dimensiones pues con él se reflejan y envían mensajes que pueden ser interpretados de manera diferente de cultura a cultura. El conocimiento de las diferencias contribuye a que los estudiantes de una lengua extranjera interactúen adecuadamente con integrantes de la cultura meta.
El propósito de este estudio es analizar la importancia del significado del lenguaje corporal en la comunicación intercultural. En la primera parte se describen las características de la comunicación intercultural, las culturas de alto y bajo contexto, la construcción del significado del lenguaje no verbal en el contexto intercultural, y las diferencias culturales en la comunicación. En la segunda parte, se analizan algunas de las particularidades del lenguaje corporal, específicamente del comportamiento kinestésico, el contacto físico y el uso del espacio personal. A continuación, se señalan las cualidades individuales que se requieren para desarrollar habilidades de la competencia intercultural. Finalmente, se reflexiona sobre la importancia del lenguaje corporal para el desarrollo de la competencia intercultural en el salón de clase de una lengua extranjera.
1. La comunicación intercultural
En términos generales, la comunicación es continua, dinámica, transaccional, verbal y no verbal (McEntee, 1998: 115). Por su parte, la comunicación intercultural es un proceso simbólico, interpretativo, transaccional y contextual que se lleva a cabo entre individuos o grupos que han vivido experiencias culturales diferentes (McEntee, 1998: 88). Debido a las diferencias culturales entre los participantes, las interpretaciones y expectativas pueden ser contrarias con respecto a lo que se considera una conducta competente para la construcción de significados compartidos (Prosser en McEntee, 1998: 132).
El encuentro intercultural se define como la interacción cara a cara de individuos o grupos que comparten marcos de referencia o experiencias de vida, con apego a lealtades étnicas, nacionalidades o clases sociales (Brislin en McEntee, 1998: 6).
La comunicación intercultural es interpersonal y comprende aspectos culturales. El contexto multicultural demanda el desarrollo de la competencia intercultural, que se entiende como la habilidad de los seres humanos de comportarse flexible y adecuadamente al participar en entornos de una cultura ajena. La competencia intercultural abarca la capacidad del individuo de construir su propia identidad a través de la negociación entre culturas, ayudando al otro a establecer su propia identidad (Meyer, 1991: 137).
1.1. Culturas de alto y bajo contexto
Los antropólogos definen la cultura como la forma de percibir, creer, evaluar y comportarse en la sociedad en la que se vive. Lo normal y la forma de interactuar con los demás son determinados por la cultura en la que vivimos. La cultura impone orden y significado a nuestras experiencias, y nos permite predecir el comportamiento de los otros en ciertas circunstancias. La cultura es aprendida y su aprendizaje inicia desde que nacemos (Gollnick y Chinn, 2002; 6-7). Para aprender la cultura debemos tener contacto con individuos pertenecientes a dicha cultura ya que, a través de la interacción en contextos específicos, los seres humanos internalizamos las reglas sociales y culturales.
El contexto adquiere dimensiones importantes para cada cultura. A nivel intercultural se puede hablar de culturas de alto y bajo contexto (Tirkkonen-Conduit en McEntee, 1998: 436). La tendencia de las culturas de alto contexto es la de fijarse más en el contexto e interpretar el significado del mensaje de manera implícita, obteniendo muy poco significado de la información verbal o explícita. Por el contrario, las culturas de bajo contexto valoran la información verbal o explícita, sin prestar atención a la información contextual. La figura 1 muestra un continuo de las culturas de alto contexto y las de bajo contexto.
Como se observa, los japoneses y los árabes se apegan más al contexto, es decir, a la información que no se dice pero está presente. Contrariamente, los suizos y los alemanes pertenecen a culturas de bajo contexto, apegándose mucho más a lo que dicen que a lo que hacen en el contexto en el que interactúan. Lo anterior, origina que el contexto tenga un papel muy importante en la comunicación.
Figura 1. Culturas de alto y bajo contexto (Tirkkonen-Conduit en McEntee, 1998: 436)
En el cuadro 1 se observan algunas diferencias de comportamiento verbal y no verbal en la comunicación entre personas de culturas de alto y bajo contexto.
Culturas de alto contexto |
Culturas de bajo contexto |
Valoración de la comunicación no verbal. |
Valoración de la comunicación verbal. |
Disposición para interpretar los mensajes. |
Sin disposición para interpretar los mensajes. Requieren información precisa y específica antes de interpretarlos. |
Respeto a la pausa y el silencio en la comunicación. |
Ansiedad ante la pausa y el silencio en la comunicación. |
Atención a las intenciones del otro en la comunicación. |
No se presta atención a las intenciones del otro en la comunicación. |
Valoración de la persona cuyo estilo de comunicación es indirecto como bien educada y discreta. |
Percepción de la persona cuyo estilo de comunicación es indirecto como desconsiderada, deshonesta y mentirosa porque insulta la inteligencia y racionalidad de su interlocutor. |
Percepción de la persona con estilo de comunicación directo como amenazante y ofensiva. |
Valoración de la persona cuyo estilo de comunicación es directo como honesta y franca. |
Preferencia por un estilo de negociación indirecto y político. |
Preferencia por un estilo de negociación directo y de confrontación. |
Cuadro No. 1. Contextualización y comportamiento en la comunicación entre culturas de alto y bajo contexto (con base en McEntee, 1998: 437).
Las culturas son grandes categorías súper ordinales. Las culturas no interactúan entre sí, los individuos sí; por lo tanto, la comunicación es interpersonal. La comprensión de las diferencias contextuales que definen el comportamiento verbal y no verbal intercultural permitirá hacer inferencias apropiadas que permitan construir el significado de lo que ocurre en la interacción entre individuos de grupos culturales distintos.
1.2. La construcción del significado del lenguaje no verbal en el contexto intercultural, como parte del proceso de aculturación
El significado es un aspecto registrado, descrito y definido culturalmente. Los significados se construyen generalmente en contexto. Para construir el significado de manera adecuada, es importante considerar sus niveles de significación: el abstracto, el contextual y el de la fuerza del contexto (Thomas, 1995: 2-21). El nivel abstracto se refiere a lo que las palabras o acciones pueden significar por sí mismas; el nivel contextual confiere sentido o referencia a las palabras o acciones; y el nivel de la fuerza del contexto se refiere al significado de la intención comunicativa del emisor y se logra cuando se toma en cuenta su intención. En los ejemplos siguientes, se puede observar que la palabra “ves” cambia de significado dependiendo del nivel; es decir, en el nivel abstracto “¿qué ves? significa “¿qué miras?” o “¿qué observas?” En el nivel contextual, al decir “¿ves? te lo dije” el significado de esa misma palabra se refiere a un posible reproche. Finalmente, en el nivel de la fuerza del contexto, ¿ves? significa ¿me entiendes?
El nivel de la fuerza del contexto puede ser el más importante ya que, aunque en el contexto pudieran no existir ambigüedades de sentido o referencia, la intención del hablante proporciona la fuerza pragmática de una misma frase u oración.
La construcción del significado es un proceso de negociación dinámico en el que intervienen el emisor y el receptor en un contexto social determinado. En éste se formulan hipótesis que se ensayan para crear significados con base en posibilidades y probabilidades. Cuando el receptor no tiene la posibilidad de obtener mayor información del contexto, lo construye con base en un contexto en el que pueda predeterminar el significado y, aunque el receptor esté consciente de haber construido el significado en un contexto que puede ser el no adecuado, lo toma como alternativa hasta que tenga mayores evidencias. Al intentar construir el significado a partir del contexto cultural propio, el individuo puede afectar negativamente sus relaciones en el contexto internacional, sobre todo cuando se trate de lenguaje no verbal por desconocer los usos y costumbres de la cultura extranjera.
No obstante, el contacto y las vivencias con individuos de otras lenguas y culturas en contextos positivos pueden proporcionar excelentes oportunidades que contribuyan a la formación de estrategias que superen las diferencias en la interacción intercultural. Con las estrategias es posible establecer expectativas sobre el tópico, sobre lo que se desea expresar con las palabras y sobre lo que debe estar implícito. La efectividad de las estrategias del hablante, para cooperar en el desarrollo de temas específicos, depende de la variedad de opciones comunicativas que se manejen, así como del conocimiento del potencial de las señales no verbales que deben formar parte de su competencia comunicativa e intercultural.
1.3 Diferencias culturales universales y específicas
Los elementos de la comunicación de las culturas se clasifican como universales y específicos (Cook, 1996: 124). La cultura universal comparte elementos similares. En la cultura específica se observan diferencias abiertas y diferencias escondidas. Las abiertas no son difíciles de entender, pero las escondidas pueden ser significativas para la cultura meta, pero no para la cultura propia, o tener significados diferentes en ambas culturas. El siguiente esquema simplifica las relaciones anteriores.
Figura 2. Diferencias culturales en la comunicación (Cook, 1996: 124)
La orientación universal se refleja en la categorización de las personas u objetos en relación a un marco de referencia general o universal. La orientación particularista se manifiesta en la clasificación de las personas u objetos en niveles específicos. Mientras que la interacción universalista sigue un patrón estandarizado, la interacción particularista se relaciona con una situación específica y única. Por ejemplo, los miembros de una cultura individualista como la norteamericana tienen una tendencia a manifestar una orientación universal, mientras que en las culturas colectivistas como la asiática se tiende a manifestar una orientación particularista (Gudykunst en McEntee, 1998: 517). En las siguientes secciones se muestran algunos ejemplos sobre las diferencias culturales universales y especificas (Argyle, 1975; Ekman et al., 1969, 1971, 1975, 1987; France y Mayo, 1976; Hall, 1988), relacionados con el lenguaje corporal.
2. Lenguaje corporal
El estudio de los movimientos del cuerpo o lenguaje corporal es conocido como Kinética. La conducta kinestésica incluye gestos, movimientos de la cabeza, expresiones faciales, comportamiento de la vista y cualquier otro movimiento físico que pueda ser usado para comunicarse. Por supuesto que, como las demás formas de comunicación que no existen de manera aislada, los movimientos del cuerpo pueden únicamente ser entendidos tomando en cuenta la totalidad de la conducta de una persona en contextos específicos.
2.1 Universales culturales en la comunicación no verbal
Argyle (1975: 95) señala varias características no verbales de la comunicación que parecen ser universales para todas las culturas; por ejemplo, para las expresiones no verbales se utilizan las mismas partes del cuerpo; los canales no verbales se usan para transferir información similar, emociones, valores y normas, entre otros; los mensajes no verbales acompañan la comunicación verbal y se usan en las artes y rituales; las razones por las que se usa el lenguaje no verbal son similares en las culturas; los mensajes no verbales coordinan y controlan contextos y relaciones similares entre culturas.
2.2 Variaciones culturales en el comportamiento kinestésico
Ekman y Friesen (1969) sugieren las siguientes cinco categorías de comportamiento kinestésico: emblemas, ilustraciones, desplazamientos afectivos o emocionales, reguladores y adaptadores.
2.2.1 Emblemas
Los emblemas son comportamientos no verbales que tienen un significado directamente verbal. Los emblemas son típicamente usados para sustituir el canal verbal ya sea porque así se elige o porque el canal verbal ha sido bloqueado por alguna razón. Las personas que practican el buceo tienen un vocabulario de tipo kinestésico muy rico que sirve para comunicarse con sus compañeros en el mismo deporte. De la misma manera los entrenadores de baseball usan señales kinestésicas para indicar un lanzamiento en particular o un cierto tipo de juego; tales señales son usualmente transmitidas por una serie de signos elaborados que incluyen tocarse la gorra, el pecho, la muñeca y otras áreas, en un patrón conocido por todos los jugadores. Los emblemas que son familiares para casi todos los norteamericanos incluyen gestos tales como el signo de amor y paz, o el movimiento de la mano para indicar el saludo o la despedida.
Los emblemas, como cualquier tipo de lenguaje verbal, son símbolos que han sido seleccionados de manera arbitraria por los miembros de una cultura para transmitir significados intencionales. Por ejemplo, el signo de paz puede tener otros significados. Winston Churchill usaba el mismo símbolo para indicar victoria y para muchas personas en algunos países sudamericanos se considera como un gesto obsceno. Los significados de los emblemas son aprendidos dentro de una cultura específica y, como los códigos verbales, son usados de manera consciente por los miembros de esa cultura cuando se quieren expresar ciertas ideas a otros. Los emblemas pueden ser causa de un gran número de mal entendidos porque en una cultura pueden ser interpretados de cierta forma, y en otra puede tener otro significado. En Turquía, para decir no de manera no verbal, se debe mover la cabeza de arriba hacia abajo al mismo tiempo que se arquean las cejas. Por otra parte, el mover la cabeza de lado a lado significa no entiendo.
2.2.2 Ilustraciones
Las ilustraciones son comportamientos no verbales que están directamente ligados a un mensaje verbal. Se usan para enfatizar, explicar y apoyar una palabra o frase. Ilustran y proveen una representación visual del mensaje verbal. Por ejemplo, cuando decimos “una montaña enorme”, levantamos los brazos y los abrimos en un círculo a la mitad. De manera similar, usamos nuestro dedo índice para enfatizar una idea importante o movemos las manos para transmitir ciertas instrucciones. A diferencia de los emblemas, ninguno de estos gestos tiene un significado por si mismo. Más bien su significado depende del mensaje verbal al que enfatiza.
Los ilustradores son menos arbitrarios que los emblemas, lo que los hace más probables de ser universalmente entendidos. Las diferencias entre las reglas para usar ilustradores e interpretarlos pueden crear mal entendimiento en el contexto intercultural. Por ejemplo, en las culturas asiáticas el parar un taxi o llamar al perro moviendo el dedo índice es inapropiado. Lo correcto en estas culturas, para ambos casos, es usar toda la mano derecha con la palma hacia abajo y los dedos juntos cerca del cuerpo. De la misma manera, el golpear la palma de la mano con el puño, como una manifestación de fuerza, puede ser interpretada como un gesto obsceno y su significado es similar al uso del puño cerrado con el dedo medio levantado en las culturas occidentales.
2.2.3 Desplazamientos afectivos o emocionales
Los desplazamientos afectivos son movimientos del cuerpo y de la cara que muestran emociones y sentimientos. Algunas expresiones de felicidad o sorpresa, por ejemplo, son indicadas a través de expresiones faciales, con las que se demuestran los sentimientos interiores de la persona. Aunque los desplazamientos afectivos son demostrados de manera primaria a través de la cara, la postura del cuerpo o cualquier otro desplazamiento, también pueden revelar estados emocionales.
Muchos desplazamientos afectivos pueden ser universalmente reconocidos. Las investigaciones Ekman y sus colegas (1969, 1971, 1975, 1987) indican que, independientemente de la cultura, los estados básicos de ánimo incluyen felicidad, coraje, miedo, sorpresa, disgusto, desprecio e interés.
Los desplazamientos afectivos pueden ser inconscientes o no intencionales, tales como el sobresalto por sorpresa, el ruborizarse o la dilatación de las pupilas debido al placer o interés en algo. También, los desplazamientos afectivos pueden ser conscientes o intencionales como cuando sonreímos o miramos a una persona determinada para expresarle afecto. Las normas culturales frecuentemente rigen los desplazamientos afectivos. En la cultura china, la duración de los desplazamientos afectivos es mucho más corta que en las culturas europeas.
2.2.4 Reguladores
Los reguladores son comportamientos no verbales que ayudan a sincronizar el ir y venir de la conversación. Son comportamientos kinestésicos que ayudan a controlar la fluidez y secuencia de la comunicación, e incluyen movimientos de la cabeza, contacto visual, cambio de posturas, y signos de cambio de turno del interlocutor, tales como ah, ah; y mmm, mm; entre otros.
Los reguladores son culturalmente específicos. Se usan tanto por el emisor como por el receptor del mensaje. Con los reguladores, el emisor le indica al receptor cuando debe tomar el turno. Con ellos, a su vez, el receptor puede interrumpir o señalar su interés por continuar escuchando la conversación. También, transmiten información acerca de la velocidad o ritmo de la conversación, sobre el grado en que una persona está siendo entendida y sobre la credibilidad de sus palabras.
En todas las culturas, la toma de turno es necesaria en la conversación. Por lo tanto, para que la comunicación interpersonal sea exitosa es necesario que la secuencia en la toma de turnos sea altamente coordinada. Los reguladores son indicadores sutiles que permiten que los interlocutores mantengan un alto grado de coordinación durante la interacción.
Algunas culturas como las de Corea y Japón están especialmente preocupadas con el significado de lo que se transmite a través de la mirada. Existen algunos estudios que comparan el significado del comportamiento de la mirada en conversaciones de afro-americanos y euro- americanos. Al respecto, La France y Mayo (1976: 547-542) encontraron que la mirada influye de diversas formas al interpretar las señales de toma de turno. Los euro-americanos tienden a ver directamente a sus interlocutores cuando son receptores, mientras que los afro-americanos prefieren desviar la mirada. Para los euro-americanos, la conducta de los afro-americanos se interpreta como un signo de indiferencia o falta de atención lo que implica, a su vez, una falta de respeto. De manera inversa, para los afro-americanos la conducta de los euro-americanos es considerada como de confrontación o enfrentamiento cuando lo que los euro-americanos pretenden es demostrar interés al involucrarse en la conversación.
2.2.5 Adaptadores
Los adaptadores son movimientos personales del cuerpo que ocurren como una reacción a un estado físico o psicológico de un individuo. Rascarse, agitarse, dar golpecitos con un lápiz y agarrarse el cabello son conductas que demuestran alguna necesidad individualizada.
Los adaptares se realizan de manera no intencional, es decir, no existe conciencia sobre ellos. Son mucho más frecuentes en situaciones de stress, impaciencia, entusiasmo o nerviosismo, y son interpretados por las otras personas como signos de incomodidad, irritación, intranquilidad o cualquier otro sentimiento negativo.
2.3 Diferencias interculturales en el contacto físico
Las culturas difieren en la frecuencia con que se presenta el contacto físico (Ekman et al., 1969, 1971, 1975, 1987). Los individuos de culturas de alto contacto físico, tales como Medio Oriente, Latinoamérica y Sur de Europa, se tocan mucho más durante las conversaciones sociales que las de bajo contacto físico como son Asia y el Norte de Europa.
Estas diferencias culturales en el contacto físico también son causa de malentendidos en la comunicación intercultural. Por ejemplo, los alemanes, los escandinavos o los japoneses son percibidos como fríos y distantes por los brasileños e italianos, quienes son considerados, a su vez, como agresivos, arrogantes y demasiado confianzudos.
Las culturas también difieren en los lugares del cuerpo que los individuos pueden ser tocados. En Tailandia y Malasia, por ejemplo, la cabeza es sagrada y no debe ser tocada porque se considera que es el centro de poder espiritual e intelectual.
Las culturas varían en sus expectativas de quien debe o puede tocar a quién. En Japón, por ejemplo, existe mucho temor de ser tocado por extraños. Estas expectativas son culturalmente específicas, incluso culturas muy cercanas a otras difieren en cuanto a las reglas para tocar a otras personas. Entre los chinos, por ejemplo, estrechar la mano de una persona del sexo opuesto es una conducta totalmente aceptada, mientras que entre los malasios no es correcto. Incluso el tener contacto físico casual entre miembros del sexo opuesto, particularmente con musulmanes, está prohibido. En caso de haber tenido contacto físico con un miembro del sexo opuesto, deben hacer un ritual de purificación antes de realizar sus oraciones. En esta misma cultura, el tomarse de la mano, caminar abrazados tomados de la cintura, o sujetar a alguien del codo para ayudarlo a cruzar la calle son conductas socialmente incorrectas entre hombres y mujeres. Legalmente hay restricciones en contra de demostraciones públicas de afecto, tales como besarse o abrazarse, incluso para los matrimonios. Sin embargo, este tabú social sólo restringe a personas del sexo opuesto porque es perfectamente aceptable que las mujeres caminen tomadas de la mano o que los hombres lo hagan abrazados. Muchos euro-americanos se comportan de manera opuesta ya que reaccionan de manera negativa cuando ven que el contacto físico se realiza entre miembros del mismo sexo, y no les molesta la existencia del contacto físico entre miembros del sexo opuesto en espacios públicos.
Las culturas también hacen distinciones entre lo que se considera público y privado. Las culturas difieren en los lugares o contextos en los que el contacto físico es aceptable. Por ejemplo, para las juntas de negocios, las conversaciones en la calle y las situaciones en el hogar, existen diferentes normas de lo que se considera apropiado. Algunas culturas consideran que el contacto físico entre hombres y mujeres es perfectamente aceptable en lugares públicos, mientras que otras culturas piensan que tales comportamientos deben ocurrir sólo en la privacidad del hogar. Para ellos, el contacto físico es algo totalmente personal y que no debe ocurrir en presencia de los demás.
2.4 Diferencias interculturales en el uso del espacio personal
El espacio personal es como “una burbuja” en la que interactuamos, y está relacionado directamente con el lugar en el que nos encontramos y lo que hacemos en él con nuestro cuerpo. Hall (1988) señala que la gente interactúa dentro de cuatro zonas espaciales: íntima, personal, social y pública. Estas zonas proxémicas se caracterizan por las diferencias en la manera en que las personas se relacionan unas con otras y el tipo de conducta que se lleva a cabo entre ellas.
El cuadro 2 muestra las diferencias entre las zonas espaciales, su uso y la intensidad de información que se recibe en cada zona, así como algunas de sus características.
DISTANCIA ESPACIAL DE LA ZONA |
DISTANCIA EN PIES |
USO |
OTRAS CARAC-TERÍSTICAS |
Intima |
0-1½ |
Para demostrar amor, comodidad, protección e, incluso, pelear. |
Conversaciones mínimas, oler y sentir a otros, contacto visual. |
Personal |
1½ -4 |
Para conversaciones íntimas con amigos y conocidos. |
Posible contacto físico y mucha atención visual. |
Social |
4-12 |
Para reuniones impersonales y sociales. |
Tonos más formales. Poca atención visual detallada. |
Pública |
12 o más pies |
Para conferencias, conciertos, obras, discursos y ceremonias, entre otros. |
Los detalles sutiles se pierden, sólo se perciben atributos obvios. |
Cuadro 2. Zonas espaciales (con base en Hall, 1988: 151)
Los espacios personales también son culturalmente específicos. Los individuos de culturas de climas fríos tienen un espacio físico más alejado que los de climas calientes, estos últimos prefieren distancias cercanas. Por lo tanto, el espacio personal de los europeos del norte es más amplio y esperan que los demás mantengan su distancia. El espacio personal de los europeos es cada vez menor si uno viaja hacia el sur o al mediterráneo. De hecho, la distancia llamada intima en Alemania, Escandinavia e Inglaterra se cruza con el espacio de una conversación normal en Francia y en países del mediterráneo, tales como Italia, Grecia y España. Consecuentemente, los europeos del norte piensan que los europeos del sur se acercan demasiado a ellos, lo que los hace sentir incómodos. De manera opuesta, los europeos del sur piensan que los del norte son distantes y arrogantes.
La forma de usar las distancias de cultura a cultura proporciona un nivel predecible de información de tipo sensorial. Por ejemplo, si la distancia considerada como aceptable dentro de una cultura en una conversación personal es de tres pies, las personas estarán acostumbradas a las miradas, sonidos y olores que pueden percibirse de los otros a esa distancia. Quienes estén acostumbrados a un espacio mayor, al interactuar en esa distancia de tres pies sentirán que las voces de los demás son muy altas y que el olor del otro quizá sea desagradable.
3. Desarrollo de habilidades en la competencia intercultural en el salón de clase de una lengua extranjera
Independientemente del conocimiento de las diferencias en el comportamiento verbal y no verbal en la comunicación intercultural, y de acuerdo con Fantini (1995), el desarrollo de la competencia intercultural está supeditado a: 1) la habilidad de desarrollar y mantener buenas relaciones, 2) la habilidad de comunicarse efectiva y apropiadamente con tergiversaciones mínimas, y 3) la habilidad de obtener la observancia y la cooperación de los otros. Lo anterior se basa en que las relaciones humanas son interpersonales, y el lenguaje y la cultura son dimensiones intrínsecamente relacionadas e inseparables. De hecho, el lenguaje refleja y afecta el punto de vista del mundo, y se usa para describir percepciones, interpretaciones y pensamientos sobre el mundo que nos rodea. Evidentemente, la comunicación intercultural puede ser aún más complicada pues cuando las personas interactúan en situaciones interculturales los aspectos comunes disminuyen y las diferencias se incrementan sensiblemente.
Además del desarrollo de las habilidades anteriores, en la comunicación intercultural también interviene una variedad de rasgos individuales de comportamiento tales como el respeto, la empatía, la flexibilidad, la paciencia, el interés, la curiosidad, la apertura, la motivación, el sentido del buen humor, la tolerancia a la ambigüedad y la voluntad de dejar de juzgar a los demás.
Conjuntamente con los rasgos individuales anteriores y el dominio de la lengua meta, se requiere que el individuo incremente su toma de conciencia y actitudes hacia la cultura extranjera, así como su conocimiento de la cultura meta y la habilidad de emplearlo en la interacción intercultural. Muchos especialistas consideran que la toma de conciencia de la lengua y la cultura propia, así como de la lengua y cultura extranjera, es la base de la comunicación intercultural. La toma de conciencia comprende la exploración, la experimentación y la vivencia de la cultura extranjera. Por ser reflexiva e introspectiva, la toma de conciencia contribuye a la transformación del ser en relación con los otros, al manejo crítico y creativo de la realidad y la fantasía, así como a la educación general de los individuos.
Fantini argumenta que, para desarrollar la toma de conciencia intercultural, se requiere que analicemos y contestemos las siguientes preguntas:
- ¿Qué papel desempeña la toma de conciencia en el proceso educativo?
- ¿Cómo podemos trabajar para propiciar el incremento de la toma de conciencia en el salón de clase?
- ¿Qué tipo de actividades y experiencias ayudan a que se desarrolle la toma de conciencia sobre los individuos de las culturas materna y extranjera?
- ¿Cómo podemos monitorear y tener acceso al desarrollo de la toma de conciencia de nuestros estudiantes?
Indiscutiblemente, todas estas preguntas representan un reto para el maestro de lenguas extranjeras, pero la última de ellas puede ser la más difícil de investigar.
Reflexiones
La comunicación intercultural requiere el desarrollo de la competencia intercultural, la cual contribuye a la construcción de la identidad propia y la de la persona de la cultura extranjera con la que se interactúa.
Las culturas de alto y bajo contexto tienen comportamientos diferentes. La comprensión de las diferencias facilitará el desarrollo de estrategias que permitan inferir el significado en el contexto internacional.
La competencia intercultural implica que el sujeto, además de conocer los universales y las diferencias culturales, debe desarrollar habilidades individuales de interacción con las que se manifieste su competencia al comunicarse con personas de otras culturas.
Asimismo, en el contexto educativo, es importante que los estudiantes desarrollen la toma de conciencia sobre la cultura extranjera, lo que les permitirá reconocer las similitudes y las diferencias interculturales, así como cambiar sus actitudes con respecto a aquellos comportamientos que sean diferentes a los de la cultura materna.
La construcción del significado del lenguaje corporal es de suma importancia en el contexto intercultural, por lo cual es necesario incluir su enseñanza en los cursos de lenguas y culturas extranjeras ya que, actualmente, los seres humanos nos desenvolvemos en un mundo cada vez más globalizado, en el que la comunicación intercultural es cada día más frecuente.
El desarrollo de la competencia intercultural requiere una formación individual que favorezca las relaciones interpersonales aún en la cultura materna. No obstante, es difícil considerar que llegaremos a obtener una competencia intercultural absoluta, sobre todo cuando seguimos viviendo en el país en el que nacimos. Lo importante es propiciar encuentros interculturales en los que los estudiantes tengan la posibilidad de sensibilizarse sobre la existencia de las diferencias y similitudes interculturales. Lo anterior contribuirá al logro de sus necesidades, así como a desarrollar su tolerancia hacia el otro y su cultura.
La construcción del significado del lenguaje corporal es un proceso continuo que requiere el contacto y las vivencias con sujetos de la cultura extranjera. Una vez que el proceso de aculturación se haya iniciado, el desarrollo de la competencia intercultural será continuo y de por vida pues el mundo globalizado en el que vivimos actualmente permite la interacción frecuente con miembros de diferentes grupos culturales.
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* Licenciada en Enseñanza de Inglés y Maestra en Lingüística Aplicada. Profesora Titular del CEI, FES Acatlán, UNAM.
** Licenciatura en Derecho y Maestría en Lingüística Aplicada. Profesora- Investigadora titular "C" tiempo completo. Coordinadora académica de los cursos Sabatinos de COVI en la UAM Azcapotzalco.
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