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Didáctica  

EL EXAMEN DE REQUISITO EN INGLÉS DE LA UAM XOCHIMILCO: DISYUNTIVAS Y SOLUCIONES

Víctor Eloy Díaz Morales
Juan Gabriel Garduño Moreno
Francisco Roberto Rojas Caldelas

 

El objetivo de este trabajo es reflexionar en torno al tema de la acreditación de las lenguas extranjeras en la UAM Xochimilco. El escrito se limita a abordar el problema de la obtención del requisito en comprensión de lectura de inglés en la mayoría de las licenciaturas que se imparten en esta unidad. En primera instancia, se analiza el estado actual de las cosas en cuanto a la obtención de la constancia de requisito. Se describe el proceso de acreditación vía el “examen de requisito” y las circunstancias en la que éste se aplica. Se ofrecen datos sobre un estudio realizado a lo largo del año 2008, el cual muestra que un número importante de alumnos opta por presentar el examen sin la preparación adecuada; esto no sólo ha tenido consecuencias de índole económica, sino también de orden académico, es decir, ha habido un incremento en el índice de reprobación.

Como segundo punto, se aborda el problema de la obtención del requisito vía la revalidación. A este respecto, la presentación de constancias de requisito de idioma expedidas por instancias distintas al Taller de Lenguas Extranjeras (TLE) ha aumentado en fechas recientes. Este hecho posee, en sí mismo, una problemática particular. Igualmente, se exponen las principales causas que han generado la situación arriba descrita: la reducida cantidad de cursos ofrecidos por el (TLE) trimestralmente –resultado del hecho de que se cuenta con pocos profesores–, y la forma particular en la que los cursos de comprensión de lectura coexisten y han coexistido con el Sistema modular. No es nuevo advertir que la operatividad de este tipo de organización curricular, desde siempre, ha propiciado la deserción y el ausentismo en los cursos de lengua. Finalmente, se esbozan algunas propuestas de solución a esta problemática educativa.

 

1. El requisito de idioma

En el nivel de licenciatura, todos los alumnos de las carreras de las Divisiones de CSH (Ciencias Sociales y Humanidades) y de CBS (Ciencias Biológicas de de la Salud), necesitan cubrir el requisito de lectura en lengua extranjera para poder titularse. Por su parte, sólo dos licenciaturas de la División de CyAD (Ciencias y Artes para el Diseño) no exigen este requerimiento a sus egresados. Actualmente existen tres formas en las que dicha certificación puede obtenerse. La primera consiste en la aprobación del denominado “examen de requisito”. Otra vía de acreditación es la revalidación, situación en la cual un alumno opta por conseguir la certificación en otra instancia que no es el TLE de la UAM-X. Finalmente, la constancia de acreditación de idioma se consigue aprobando los tres niveles de inglés de comprensión de lectura ––con una duración de 150 horas–, impartidos por el TLE.

Durante el año 2008, el universo de alumnos que obtuvieron el requisito de egreso estuvo constituido de la siguiente manera:

Requisito 1098
Revalidación 472
Cursos 278
Total 1848

A este respecto deben destacarse tres hechos. En primer lugar, el número de alumnos que se presentan al examen se ha disparado en los últimos dos años. En segundo lugar, la revalidación ha ido en aumento. Como tercer punto, la obtención del requisito, vía los cursos, ha decrecido ligeramente. Esto se puede observar en los porcentajes obtenidos durante 2008, los cuales se muestran en el gráfico 1. La circunstancia anterior permite sospechar que un gran número de alumnos optan por no inscribirse a los cursos y simplemente se inscriben al “examen de requisito” con poca o con ninguna preparación. Así, aquellos alumnos que agotan las tres oportunidades con las que cuentan para presentar dicho examen consiguen la certificación en otro lado. Evidentemente, los hechos arriba aludidos están directa e indirectamente relacionados unos con otros y en el curso de este trabajo se explicará esta interrelación .


Gráfico 1

 

1.1 Obtención del requisito vía el examen

Desde el año 2000 el TLE se ha encargado de elaborar, aplicar y evaluar exámenes de comprensión de lectura en inglés para que los alumnos obtengan el requisito de idioma que les permitirá titularse. Dicho examen es un instrumento cuyo objetivo es evaluar la capacidad de un alumno universitario para comprender y analizar textos académicos pertenecientes a las distintas disciplinas que se estudian en la UAM Xochimilco. Como tal, este tipo de examen es de los denominados “examen de competencias” (en inglés: Proficiency exam). A diferencia de un examen de logro, como puede serlo un examen parcial, final o departamental (en inglés Achievement exam), que se aplican en los distintos niveles educativos, este tipo de examen no se aboca a evaluar los contenidos de un programa de estudios, de una materia o asignatura, o de un curso en particular. Un examen de competencia es un instrumento que mide objetivamente lo que un alumno puede y es capaz de realizar en términos de habilidades y destrezas y cómo éste emplea satisfactoriamente los conocimientos y estrategias necesarias para dar solución a un problema. En ese sentido, un examen de competencia no está enfocado en medir los pasos mediante los cuales se logra un objetivo sino que se limita a evaluar si es que ese objetivo es alcanzado (Allen et al, 1975: 89).

 

1.1.1 Circunstancias del examen

El “examen de requisito” se aplica seis veces por año desde el año 2005; esto significa que, trimestralmente, se programan dos aplicaciones, una a medio trimestre (semana 6) y otra al final del mismo (semana 11). El número de alumnos que se presentan al examen trimestralmente fluctúa entre los 800 y los 1000, siendo el examen que se aplica en la semana sexta el que mayor número de aspirantes presenta. Esto es debido a que la aplicación de la semana 11 coincide con el periodo de las evaluaciones globales, en la cual los alumnos se encuentran muy ocupados. En este contexto, anualmente se presentan al “examen de requisito” entre 2500 y 3000 alumnos. Durante el año 2008 los alumnos que lo presentaron fueron 2548.

La aplicación del “examen de requisito” se realiza de manera masiva; para tal efecto, se deben apartar auditorios y salas con capacidad para 75 y 100 alumnos. En cada uno de estos recintos, uno o dos profesores son asistidos por edecanes proporcionados por la oficina de Servicios Escolares de la Unidad. La logística del examen es sumamente complicada ya que se debe controlar tanto el ingreso de los alumnos a las salas, la cual incluye la previa identificación de los mismos, así como la distribución de los cuadernillos de preguntas y las hojas de respuesta. Evidentemente se debe supervisar la eficiente realización del examen, evitando que los alumnos copien. No obstante, el hecho de realizar el examen en espacios que no han sido hechos para tal efecto, posee la desventaja de facilitar que los alumnos le puedan copiar al compañero de junto.

 

1.2 Cifras del 2008

Existen múltiples razones por las cuales el número de aspirantes al “examen de requisito” ha crecido en los últimos dos años. Nuestra hipótesis inicial es que un alto porcentaje de alumnos decide inscribirse a este examen sin poseer los conocimientos y las habilidades que les permitan acreditarlo. Significativamente, en el periodo de tiempo aludido empezó a hacerse notorio el alto índice de reprobación en cada una de las aplicaciones del examen. Por ejemplo, en el año 2008 hubo 2548 aspirantes, de los cuales el 45% (1098 alumnos) obtuvo calificación aprobatoria y el 55% (1450 alumnos) no acreditó. Los resultados globales de la aplicación en 2008 se muestran en el gráfico 2.


Gráfico 2

A partir de ese hecho es que se decide hacer un sondeo con el fin de corroborar la hipótesis de que muchos alumnos se presentan al examen sin haberse preparado en comprensión de lectura de textos académicos. Se diseñó un sencillo instrumento, el cual se aplicó simultáneamente en las seis presentaciones del examen en el año 2008. Debe aclararse que los resultados presentados en este trabajo son parciales y corresponden a una primera fase del proyecto denominado “La acreditación y certificación de las lenguas en la UAM Xochimilco”, en ese sentido, representan sólo una tendencia general. El método de obtención de datos se basó en la aplicación de un sencillo instrumento durante los tres trimestres del año 2008.

El instrumento está centrado en obtener la siguiente información: 1) el número de veces que los alumnos han presentado el examen y 2) el tipo y el número de cursos que éstos reportan haber tomado dentro o fuera de la UAM-X con el fin de prepararse para dicho examen. Los primeros resultados dejan ver que un 35% (892) del total de alumnos encuestados reporta no haber tomado ningún tipo de curso de inglés desde que egresaron del bachillerato. Ahora bien, el restante 65% (1656) refiere haber tomado al menos un curso de inglés previo al examen. Esto se muestra en el Grafico 3.


Gráfico 3

Del 65% de alumnos que, en teoría, recibieron una preparación, un 75% (aproximadamente 1242 alumnos) reportan haber tomado cursos de inglés en otra institución, previos a la realización del examen. Mientras que el 25% restante refiere haber tomado al menos un curso de comprensión de lectura en la UAM-X (414 alumnos). Ver gráfico 4.

 
Gráfico 4

Con estos resultados, el panorama resulta alentador solo en apariencia. Visto superficialmente, si dos terceras partes de los alumnos que se presentan al examen han recibido algún tipo de entrenamiento, esto habla de que las posibilidades para que estos lo acrediten son muchas. Sin embargo, el sondeo revela que de esos 1242 alumnos que se prepararon fuera de la UAM, sólo un 30% (372 alumnos) admite haber tomado cursos de comprensión de lectura en inglés. El 70% restante (cerca de 869 alumnos) reporta haber tomado sólo cursos de inglés general o de cuatro habilidades. Esto se muestra en el gráfico 5.


Gráfico 5

A este respecto, se parte de la tesis de que una formación en cuatro habilidades no garantiza la acreditación de un examen de comprensión de lectura. Esta premisa es confirmada por un estudio conducido por Rojas (2005), el cual muestra cómo alumnos formados en un programa de este tipo no están “técnicamente” capacitados para leer textos académicos de manera eficiente. El estudio consistió en la aplicación de un examen de lectura académica en inglés enfocado en medir la competencia lectora de un grupo de sujetos. La muestra examinada estuvo conformada por alumnos de distintos niveles inscritos en los cursos de Dominio de inglés la UAM Azcapotzalco. Como era de esperarse, aquellos ubicados en un mayor nivel de dominio obtuvieron mejor calificación en la prueba. No obstante, sólo el 15% de ellos obtuvieron calificación aprobatoria (Rojas, 2005: 82). El autor concluye: “…cursar tres niveles de inglés (150 horas) en un curso comunicativo no es una condición suficiente para pasar satisfactoriamente el examen de lectura académica en lengua extranjera” (Rojas 2005: 104-5).

En la tabla 1 se presenta el universo de alumnos que se presentaron al examen. Inicialmente, un total de 35% de alumnos reconoció no haber tomado algún tipo de curso para realizarlo. Si a esos 892 alumnos se añaden los 869 que sólo tomaron cursos de cuatro habilidades, se concluye que dos terceras partes de los alumnos (69 %) no estaban formados en comprensión de lectura en lengua extranjera.

presentaron el examen

2548

no se prepararon para el examen

892

han tomado al menos un curso

1656

han tomado cursos en otra institución

1242

han tomado cursos de lectura fuera de la UAM

372

han tomado cursos de cuatro habilidades

869

Han tomado cursos de lectura en la UAM

414

Tabla 1

El gráfico 6 muestra los resultados finales de la encuesta realizada. Como se puede observar, una tercera parte de los alumnos reporta no haber tomado ningún curso previo al “examen de requisito”. Otra tercera parte admite haber tomado al menos un curso de comprensión de lectura, ya sea dentro de la UAM-X o en otra institución o instancia. Finalmente, la otra tercera parte refiere haber tomado cursos de inglés general, previo a la realización del examen.


Gráfico 6

 

1.3    Obtención del requisito vía la revalidación

Otra de las formas de obtención del requisito de idioma en la Unidad Xochimilco es la revalidación. Tanto los alumnos regulares como los egresados poseen tres oportunidades para presentar el “examen de requisito”. Cuando este límite se agota, sólo les queda conseguir la constancia que avale su competencia a través de una institución externa o a través de la Coordinación de Educación Continua de la UAM Xochimilco (CECAD). Durante el año 2008, el TLE revalidó un total de 472 constancias. De esas 247 fueron expedidas por el CELEX de la UAM Iztapalapa, lugar donde se ofertan cursos intensivos de un trimestre de duración (aproximadamente 60 horas de clase) para la obtención de la constancia. En dichos cursos sólo se admiten alumnos egresados o que están cursando los últimos dos trimestres de su carrera. Por su parte, un total de 179 alumnos tomaron cursos impartidos por la Coordinación de Educación Continua y a Distancia de la Unidad Xochimilco. Los cursos que ahí se imparten están dirigidos preferentemente a alumnos egresados que ya perdieron el derecho de inscribirse a los cursos ofrecidos por el TLE. Se ofrecen tres niveles y, muy recientemente, se están ofertando cursos intensivos que tienen una duración de 100 horas.

En menor medida, durante el año 2008, las constancias de requisito de lectura en lengua extranjera provinieron de la UAM Azcapotzalco, la UNAM y el Politécnico (Véase gráfico 7).


Grafico 7

Un aspecto digno de destacar es que un 25% de los alumnos (472) que obtuvieron el requisito de egreso durante el 2008, lo hicieron por la vía de la revalidación. Si se compara este número de alumnos con el de los que la obtuvieron por medio de los cursos (278 alumnos equivalente al 15%), se puede observar que la diferencia es relativamente grande; lo grave del caso es que revela, a todas luces, que los alumnos regulares no pudieron tomar los cursos del TLE y por eso optaron por la revalidación. Cabe advertir que esta problemática es compleja y requiere de un análisis más profundo y minucioso. Al final de este trabajo se presentan algunas vías de solución.

Por lo pronto, en el gráfico 8 se muestran los porcentajes de revalidación durante el año 2008. Llama la atención que poco más de la mitad de las constancias fueron expedidas por el CELEX de la UAM-I. A este respecto se debe mencionar que, hasta la fecha, el TLE desconoce datos importantes relativos a los cursos intensivos que se imparten en la UAM-I. Por ejemplo si para inscribirse al curso intensivo –el cual tiene una duración de 60 horas –, los aspirantes se someten a un proceso de selección. Es decir, asumimos que a un alumno que no ha tenido ningún tipo de formación en la lengua extranjera o en la comprensión de lectura de una lengua extranjera, a partir de que egresó del bachillerato, no le bastan 60 horas para alcanzar las competencias necesarias para leer textos académicos de manera eficiente.


Grafico 8

Ahora, como también se observa en el gráfico 8, un alto porcentaje de las constancias que el TLE revalida provienen de la CECAD. Se empezaron a impartir cursos en este lugar a partir de 2003, con el fin de solucionar parcialmente el problema de la gran cantidad de alumnos que adeudaban el requisito de idioma. Desde ese momento ha habido un aumento considerable en el número de grupos que se imparten anualmente en este lugar. En aquel entonces quedó establecido que el TLE sería la instancia reguladora de dichos cursos, desde el punto de vista académico. No obstante, en algunos momentos la CECAD ha tomado decisiones unilaterales, por ejemplo en lo que respecta a la contratación de los docentes que imparten dichos cursos y en cuanto a los contenidos de los mismos.

Por definición, el fenómeno de la revalidación no es un problema en sí mismo. Lo es si se le analiza a la luz de las circunstancias particulares que engloban al problema de la acreditación del requisito de lectura en la UAM Xochimilco. Los alumnos no se inscriben a los cursos gratuitos que imparte el TLE y existen varias razones por las cuales no lo hacen. Ya sea porque no planean su egreso o porque no encuentran los horarios disponibles. Sobre todo, un factor determinante es que el Sistema modular también se los impide. Estos asuntos serán abordados en el siguiente apartado.

 

2. El sistema modular y la acreditación del requisito de lengua

El modelo de organización curricular que opera en la UAM Xochimilco ha demostrado poseer una incidencia desfavorable en la impartición de los cursos de comprensión de lectura en lengua extranjera: los alumnos tienen dificultad para asistir e incluso para inscribirse a éstos. Es un hecho que muchos de ellos no toman los cursos que ofrece el TLE o los abandonan, siendo los motivos principales de su ausencia el exceso de trabajo, las prácticas de campo y el traslape de horarios. Cabe advertir que este sistema impone al alumno un ritmo de trabajo muy particular (Pansza, 1988: 58): en cada uno de los módulos de la licenciatura, el alumno realiza una investigación que constituye el eje del trabajo modular (Bojalil 1993: 6-9).

Evidentemente, la cantidad de trabajo del módulo se incrementa conforme el alumno avanza en su respectiva carrera. Además, como el sistema modular requiere que los alumnos elaboren un proyecto de investigación a lo largo del trimestre, la demanda de trabajo aumenta significativamente en las últimas tres semanas de dicho periodo. Por supuesto, esto ocasiona que la frecuencia de asistencia a los cursos disminuya notablemente. De igual manera, la asistencia a clases se ve mermada debido a que en casi todas las licenciaturas impartidas en la UAM-X los alumnos deben cumplir con prácticas de campo, prácticas clínicas y salidas a eventos o congresos. Cabe mencionar que dichas ausencias pueden suceder en cualquier momento del periodo escolar: al inicio, a la mitad, o al término del ciclo.

Otro de los motivos por los cuales los alumnos no sólo se ausentan de los cursos sino que terminan por abandonarlos, es que los profesores de módulo realizan cambios repentinos a los horarios ya establecidos de los alumnos con relativa frecuencia. Lo anterior provoca que el horario de los cursos de idioma previamente elegido por los alumnos se traslape con los de sus carreras. Al encontrarse en la disyuntiva de elegir entre el módulo o la clase de lengua, el alumno opta por el módulo. Esta circunstancia obstaculiza e incluso imposibilita la asistencia. Cabe advertir que esta tendencia a la deserción ha sido ampliamente reportada por Magaña y Si Diop (2000: 262-3). En resumen, la organización modular ha sido una de las causas principales del ausentismo y la deserción en los cursos de comprensión de lectura en lengua extranjera desde hace ya varios años, por no decir desde siempre.

Sin duda, la problemática descrita más arriba justifica, en parte, por qué los alumnos en vez de inscribirse a los cursos y obtener la constancia por esa vía, optan por presentar el “examen de requisito” sin una preparación previa, apostando a la suerte o incluso a la trampa en aras de conseguir la acreditación. Sin embargo, otros de los factores que provoca el que los alumnos no se inscriban a los cursos es la limitada oferta y cobertura de éstos. Trimestralmente, el TLE imparte un total aproximado de 20 grupos en los cuales se atiende a cerca de 500 alumnos. A pesar de que se ofrecen cursos casi durante todo el día (de 8 de la mañana a 6 de la tarde), el número es escaso si se toma en cuenta que, potencialmente, un número aproximado de seis mil alumnos es el que necesita cubrir el requisito anualmente. Concretamente, el TLE cuenta con un número muy limitado de profesores y esto hace insuficiente cubrir la demanda.

 

2.1 La falta de planeación y la difusión

No debe dejar de mencionarse que esta problemática se agrava si el alumno no prevé los riesgos que implica dejar el requisito hasta el último. Debido a que se cuenta con un número reducido de profesores, existe una regulación por medio de la cual los alumnos sólo tienen derecho a realizar el examen, o a inscribirse a los cursos de comprensión de lectura, una vez que han acreditado el sexto trimestre de su carrera. Es decir, un alumno puede tomar acciones para obtener el requisito sólo cuando ha entrado en la segunda mitad de su carrera. En este contexto, el alumno cuenta con dos años o seis trimestres para cubrir dicho requerimiento. En teoría, este sería tiempo suficiente para acceder a alguna de las dos alternativas: prepararse para el examen o acreditar los cursos pero, la falta de planeación ocasiona que éstos dejen el requisito hasta el último, con lo cual no sólo complican su egreso, sino que también lo aplazan.

Aunado a lo anterior debe reconocerse que el TLE, instancia encargada de aplicar y evaluar este examen, no se ha dedicado a realizar una difusión exitosa de los servicios que presta, ni se ha preocupado formalmente de atender al vasto universo de alumnos que no transitan por sus aulas. Como en el plan de estudios de cada carrera se especifica que para la obtención del título de licenciatura se debe cubrir con el mencionado requisito, el TLE simplemente confía en que todo mundo conoce esa información y no se ha ocupado de informar más allá del ámbito administrativo. En general, los alumnos saben que deben obtener la constancia de acreditación pero no están enterados del tipo de examen que deben realizar, ni mucho menos saben cómo prepararse para una prueba de ese tipo. Por eso es que muchos optan por una de dos opciones, a saber, realizar el examen sin la preparación adecuada, o inscribirse a cursos de cuatro habilidades o inglés general en otras instituciones, pensando que así van a alcanzar su meta. Evidentemente, una de las razones por las cuales ha incrementado la revalidación es que el TLE lo ha permitido.

En general, asumimos que los alumnos tienen una percepción errónea de lo que significa leer textos académicos en una lengua extranjera y por lo mismo desconocen las competencias y habilidades que deben desarrollar para acreditar el examen. Al mismo tiempo, muestran cierto desprecio por los cursos puesto que consideran que lo que necesitan ellos es hablar el inglés y no leerlo. Esto provoca que el “examen de requisito” se encuentre en un proceso de banalización, hecho que se fortalece por las circunstancias particulares en las que éste se aplica. Dado a que el examen se realiza de manera masiva, este debe aplicarse en espacios o auditorios que no son propicios para dicho fin. En concreto, la ocasión se presta para que los alumnos hayan intentado copiar, fotografiar o incluso robar el examen.

Por lo dicho anteriormente, es posible asumir que dentro de los motivos que orillan a muchos alumnos a presentar el “examen de requisito” sin la preparación adecuada están las siguientes: la organización curricular del sistema modular, la limitada oferta de cursos que ofrece la institución, la falta de planeación por parte de los alumnos y la poca información que éstos tienen con respecto a este requerimiento de titulación. Todos estos factores ocasionan que el alumno se preocupe por cubrir el requisito hasta el último momento y tome decisiones precipitadas y, eventualmente, lo conduce a un callejón sin salida donde el último recurso que le queda es conseguir la constancia de requisito en otra instancia o institución.

 

3. Las vías de solución

La problemática descrita arriba es multifactorial y está multi determinada. Ciertamente, urge realizar cambios estructurales para resolverla. En lo que sigue se esbozan algunas de las posibles soluciones, las cuales pertenecen tanto al ámbito administrativo como al académico. Desde el punto de vista administrativo, el “examen de requisito” requiere la inversión de recursos humanos y económicos por parte de la Universidad. En primera instancia, se contrata edecanes para apoyar el día del examen en tareas de supervisión y vigilancia. Además como el examen lo califica un lector óptico, la División de CSH debe pagar por ese servicio. De igual forma, el examen genera procedimientos burocráticos como son los procesos de inscripción y el apartado de salas y auditorios, los cuales implican una derrama económica y humana.

Aunque el proceso de inscripción y evaluación del examen son logística y técnicamente muy eficientes, el proceso de aplicación presenta ciertas desventajas. El examen se realiza en auditorios llenos y esto propicia un ambiente idóneo para que los alumnos copien. Se ha dado el caso de robo del examen y de intentos por fotografiarlo. Por eso, la propuesta de solución que se vislumbra es la automatización del examen para que éste se realice en el Centro de Autoacceso o en las salas de cómputo de la Universidad. Sin embargo, la automatización no resuelve el problema por completo. Para que la propuesta sea funcional es necesario también reducir el número de aspirantes. Sobre todo, esto último implica realizar ajustes de fondo en el ámbito académico.

Con respecto a la parte académica, el alumno debe estar informado, desde el momento en que ingresa, de lo que implica cubrir el requisito de comprensión de lectura. En tal sentido, el TLE es la instancia que debe difundir la información clara y sistemáticamente para que el alumno tome sus previsiones. Al mismo tiempo, se debe trabajar en la elaboración de materiales y de una guía de estudio con el fin de que el alumno tenga una idea clara de cómo es el examen y de cómo se puede preparar, ya sea de forma individual o en alguna institución. También el TLE debe ofrecer asesorías y/o tutorías tanto para alumnos regulares como para alumnos egresados. Finalmente, debe existir una homologación de criterios en cuanto al tipo de examen que se debe elaborar. Ello implica considerar el tipo y el contenido de los reactivos y la selección de los textos en cuanto a tema y extensión. En breve, es inaplazable la creación de una comisión encargada de la validación de los exámenes.

Finalmente, es importante normalizar, en la medida de lo posible, la revalidación de constancias, de modo que sea visto como un fenómeno positivo y no como una competencia desleal. Por una parte y por el propio beneficio de la institución, se debe regresar a los acuerdos iniciales a través de los cuales el TLE se erguía como la instancia reguladora de los criterios académicos a los que debería ajustarse la CECAD. Por otra parte, es conveniente establecer acuerdos, al menos con las otras Unidades de la UAM, a fin de regirnos por los mismos parámetros al expedir una constancia de acreditación de idioma.

 

Bibliografía

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2007       “Criterios actuales de selección de textos para la elaboración de un libro de comprensión de lectura en inglés para estudiantes universitarios” Ponencia inédita presentada en el XXI Foro de Especialistas en Lenguas Extranjeras realizada del 23 al 25 de agosto de 2007 en la BUAP.

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2000       “El sistema modular y las lenguas extranjeras en la UAM-X. En: Anuario de Investigación 1999 del Departamento de Educación y Comunicación de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco vol. II. México: UAM. pp. 257-268.

ROJAS, Francisco
2005       Curso de Comprensión de Lectura para Diseñadores Industriales. Tesis de Maestría en Lingüística Aplicada: CELE, UNAM.

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1998       Pedagogía y Currículo. México: Gernika.

 
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