Didáctica
Gramática, sí
Gloria Josephine Hiroko Ito Sugiyama
Durante los años sesenta y setenta se trató de evitar el empleo de la gramática en la enseñanza de lenguas extranjeras (ELE), sobre todo de forma explícita y con el empleo de los términos lingüísticos correspondientes, como consecuencia del rechazo de quien estudiaba lengua(s) extranjera(s) con propósitos específicos –excepto en el caso de lingüistas y otras personas especialmente interesadas en la gramática–.
El empleo de los métodos anteriores en general estudiaban la gramática de la lengua extranjera y no cumplían con las expectativas del aprendiente de una o varias lenguas extranjeras. Se escuchaban comentarios de alumnos que mencionaban que ni en su lengua materna conocían tan bien la gramática, que no le veían sentido. Y con razón, pues pareciera que el gramático o lingüista no se daba cuenta que a quien estudiaba una lengua extranjera no le interesaba el aprendizaje exhaustivo de un tema gramatical. No todo el que aprendía una lengua extranjera deseaba especializarse en gramática, sino que tenían objetivos definidos y delimitados acerca de esta nueva lengua, como lo era el poder hablar con un nativo hablante, entender conferencias o textos específicos o poderlo leer; con fines informativos; llenar expectativas del conocimiento por el placer del saber; propósitos académicos o de otra índole. De ahí que no resultaran pertinentes los libros de texto en los que la gramática tradicional presentaba definiciones, reglas y explicaciones exhaustivas o tediosas, con gran frecuencia eran de carácter lógico-semántico que no eran lo suficientemente explícitas, en ocasiones confusas y que incluso resultaban de poco valor para el usuario.
La gramática
¿Pero, que es la gramática? La gramática es la parte de la lingüística que se dedica al estudio de las reglas y principios que regulan el uso de las lenguas y la organización de las palabras dentro de una frase. O bien podemos decir que es el conjunto de reglas y principios que gobiernan el uso de un lenguaje determinado. La gramática forma parte de las llamadas artes liberales, que eran nueve, junto con la lógica, la retórica, la geometría, la aritmética, la astronomía, la música, la medicina y la arquitectura. De manera clásica se dice que el estudio de la lengua se divide en cuatro niveles: fonético-fonológico, sintáctico-morfológico, léxico-semántico y pragmático. A veces se restringe el uso del término gramática a las reglas y principios que definen el segundo de estos niveles. Sin embargo, la separación de estos niveles, como en cualquier taxonomía, no es totalmente clara porque ciertas reglas gramaticales se realizan en el nivel fonético-fonológico e igualmente existen parámetros o criterios semánticos que sirven para decidir cuándo una determinada construcción es gramatical.
Entre los principales tipos de gramática se encuentran: la gramática prescriptiva o normativa, la gramática tradicional, la formalista, la funcional, la generativa y la comunicativa. Aunque la gramática prescriptiva aún suele utilizarse en pedagogía y en la enseñanza de lenguas extranjeras, ha perdido peso en la lingüística académica moderna, y actualmente describe solamente un subconjunto del uso de la lengua. Es aquella que presenta las normas de uso del lenguaje específico y prefiere las construcciones no estandarizadas. La gramática tradicional es típicamente prescriptiva. Es la colección de ideas acerca de la gramática que las sociedades occidentales han heredado de Grecia y Roma. Este tipo de gramática está basada usualmente en el dialecto de prestigio de una comunidad hablante. La gramática descriptiva moderna apunta a corregir los errores de la gramática tradicional, y generaliza su normativa restrictiva para evitar circunscribir los lenguajes al modelo del latín. Es formulada usualmente en términos de los conceptos descriptivos heredados de la gramática tradicional. La gramática funcional, por su parte, intenta describir el uso actual de una lengua, evitando juzgar en forma prescriptiva. Se vincula a una determinada comunidad hablante y pretende proveer reglas de uso para cualquier palabra considerada gramaticalmente correcta en esa comunidad. Es una visión general sobre la organización del lenguaje natural, formulada por Simon Dik.
La gramática generativa es un enfoque formal para el estudio sintáctico de las lenguas que puede en algunos sentidos generar las expresiones bien construidas de una lengua natural. Una rama de la teoría lingüística (psicolingüística) se basa en la gramática generativa, promovida por Noam Chomsky. Las gramáticas formales aparecen en lingüística computacional. La “Jerarquía” de Chomsky describe varias clases importantes de gramática formal.
Algunos de los defectos que prestaban las gramáticas era que las definiciones no eran muy precisas, veamos la siguiente definición de una frase: “Es una expresión más o menos compleja que ofrece el sentido completo de un pensamiento, sensación o deseo” (Mauger, 1968: 27); o bien, “el objeto del verbo es el término que indica el ser del objeto sobre el que se actúa” (ibid: 306). Esta definición resulta falsa, porque se podría aplicar de igual manera al sujeto de la frase: Jean a reçu une rifle, como al objeto. En esta otra frase: Jean a été renversé par une voiture, en que Jean puede ser sujeto u objeto.
Por otro lado, las gramáticas tradicionales presentan definiciones y explicaciones que con frecuencia resultan ser incoherentes porque se rigen por un rango de criterios heterogéneos.: Vol no es un ser ni un objeto ni una idea, por otro lado, el término expresa una acción y por tanto se trata de un verbo. En una ocasión preguntó un alumno: ¿Por qué “qui” es un pronombre interrogativo, cuando “où”, también interrogativo, puede ser también un adverbio? Y aquí podemos comprender la confusión que se presenta en el aprendiente con respecto a la que se ha denominado gramática tradicional (Grévisse, 1964: 119). Estas gramáticas tienden a brindar una información enmarcada y de manera difusa, como lo acabamos de mencionar.
Otro asunto primordial es que una gramática tradicional no toma en cuenta la diferencia entre la L1 y La L2. A diferencia de quien estudia la gramática de su propia lengua; la gramática tradicional no toma en cuenta la competencia lingüística (Helbig, 1999: 294). Finalmente, las gramáticas tradicionales no proveen al profesor del material necesario para que lo emplee en la enseñanza de la lengua extranjera. Con respecto a lo que atañe a la metodología de la gramática tradicional se derrumba la creencia de que cuando se dominan las formas y reglas gramaticales se adquiere una lengua extranjera: “Too many grammars are still full of all kind of expressions which nobody or practically nobody uses any longer, while, on the contrary, paying no attention to the frequent or colloquial usage” (Chevalier, 1968: 21). 1
Un poco de historia
Remitiéndonos a la historia, se cree que los estudios gramaticales iniciaron en Grecia, aunque la gramática más antigua que se conoce del hebreo es el Astadhiaia, un estudio sobre el sánscrito, escrito por Panini, en la India, hacia el año 480 a. C. Sócrates, Aristóteles y otros sabios de la antigüedad disertaron sobre la gramática, el primer tratado completo de gramática griega fue el que compuso Crates de Malos, 2 aparecida en el siglo II a. C.: Técne grammatiké. Se trata de un breve compendio realizado a partir de las teorías sobre el lenguaje de los grandes filósofos griegos, y del análisis de las obras de los autores griegos más importantes de cada género literario. Se tradujo al latín como Ars grammatica de Elio Donato (s. IV) que dominó los estudios gramaticales durante la Edad Media (Arens, 1969: 79). Desde entonces la gramática de la lengua castellana, la primera de las modernas, fue escrita por el humanista y grammaticus andaluz Antonio de Nebrija, cuya aparición coincidió con el descubrimiento de América en 1492 en la que se eleva esta lengua a la categoría de la toscana, heredera privilegiada del latín. De los romanos, han llegado a nuestros días términos como nominativo, singular y neutro. Varrón realizó una larga disquisición acerca de la lengua latina. Él trató cuestiones de como la controversia entre la analogía y la anomalía. Desde los comienzos de la era cristiana apareció un gran número de gramáticas latinas. Las más importantes son la de Donato y la de Prisciano (Robins, 1967: 102). Durante la Edad Media, los textos de estos gramáticos fueron esenciales para la enseñanza del latín —la lengua oficial del Imperio Romano de Occidente y posteriormente de la Iglesia—, en que se basaba toda la educación y los estudios lingüísticos. Alrededor del siglo XII, se produjo un resurgimiento de la filosofía europea a manos de grandes personajes como San Anselmo de Canterbury y Pedro Abelardo, dentro de la Iglesia que era el único sostén de la educación. Posteriormente los estudios gramaticales se dejaron de lado, por un tiempo y fueron definitivamente retomados en el Renacimiento.
Así, durante todo el siglo XVI aparecen gramáticas de lenguas vernáculas (español, francés), de lenguas indígenas (quechua, náhuatl), lo que demuestra la necesidad que tienen el nacionalismo político, por un lado, y la Iglesia por otro, de disponer de un instrumento de identificación y de divulgación respectivamente. Al mismo tiempo, el interés que despierta el estudio de las lenguas vulgares hace posible estudios comparativos que se preocupan por clasificar sus rasgos comunes y más generales. En esta línea aparece la gramática de Port-Royal, que actúa como eslabón entre las teorías racionalistas del siglo. XVII y las del XVIII. Se habla entonces de una única lengua, origen de cuantas se hablaban en Europa, Asia y Egipto —la que se llamará más tarde indoeuropeo—, hecho que afirmó el filósofo alemán Gottfried Wilhelm Leibniz (Aroux, 2000: 112).
Después surge la lingüística ilustrada, representada por Condillac. Para este autor toda la actividad del alma, así como las percepciones, procede de los sentidos. Esta polémica llega a nosotros por Noam Chomsky y su gramática generativa (Sebeok, 1975:44).
La lingüística comparada aparece junto con el romanticismo que se ocupa de todo aquello que tiene que ver con la cultura de los pueblos y de las naciones. Se busca el parentesco de las diferentes lenguas, las leyes que explican las analogías, los elementos comunes y distintos. Más tarde, en 1816, en una obra titulada Sistema de la conjugación del sánscrito, Franz Bopp comprendió que las relaciones entre lenguas parientes podían convertirse en una ciencia autónoma. La lingüística propiamente dicha, que dio a la comparación el lugar que le corresponde exactamente, nació del estudio de las lenguas romances y de las lenguas germánicas. En el siglo XIX se formó una escuela que da nacimiento a la lingüística moderna, la de los neogramáticos, teniendo a la cabeza a los alemanes. Su mérito consistió en colocar en perspectiva histórica todos los resultados de las comparaciones. Luego, la corriente estructuralista se apropia de la metodología aplicada a las ciencias sociales y etnográficas, con el suizo Ferdinand de Saussure, quien señala las insuficiencias del comparatismo al tiempo que acota claramente el objeto de estudio de la lingüística como ciencia en su Curso de Lingüística General. Lo fundamental del aporte de Saussure como padre de la nueva ciencia fueron la distinción entre lengua (sistema) y habla (realización), y la definición de signo lingüístico (significado y significante).
En el siglo XX sobresale el lingüista estadounidense Noam Chomsky con la corriente conocida como generativismo. Surge para palear las limitaciones explicativas del enfoque estructuralista. Hay un desplazamiento del foco de atención que pasa de ser la lengua como sistema (la langue saussuriana) a la lengua como producto de la mente del hablante. Según Chomsky, la capacidad de aprender una lengua es genética e innata (Tuson, 1982: 34).
Tanto la escuela chomskiana como la saussureana (formalistas) se plantean como objetivo la descripción y explicación de la lengua como un sistema autónomo, aislado. Chocan así con una escuela que toma fuerza a finales del siglo XX, la funcionalista —de procedencia antropológica y sociológica particularmente— consideran que el lenguaje no puede ser estudiado sin tener en cuenta su principal función: la comunicación humana. La figura más relevante dentro de esta corriente es el lingüista holandés Simon C. Dik, autor del libro Functional Grammar (Serrano, 1993:56). Aquí también destaca con The Teaching of English as Communications de 1972,Widdowson, quien detecto en estudiantes de lenguas extranjeras déficit para utilizar la lengua en forma efectiva.
Al parecer, las primeras investigaciones gramaticales del mundo moderno han ido emparejadas con el afán por descifrar las inscripciones y textos antiguos. De ahí que la gramática estuviera ligada a las sociedades que poseían una extensa tradición de textos escritos como la india y la árabe (Law, 2003: 122). Boas desafío la metodología tradicional de la gramática al estudiar otras lenguas no indoeuropeas y que no tenían testimonios escritos, como las lenguas indias de Estados Unidos. Gracias a su esfuerzo innovador, la lingüística descriptiva se convirtió en la gramática dominante en Estados Unidos durante la primera mitad del siglo XX (Koerner y Asher, 1995:42).
Jespersen, lo mismo que Boas, pensaban que las lenguas había que estudiarlas a partir de las manifestaciones orales de sus hablantes y no de los documentos escritos, porque como ha demostrado Bühler en su Filosofía del lenguaje (Malmberg, 1991:91), la lengua hablada y la escrita representan distintos niveles del lenguaje. Saussure distinguió entre la estructura general que poseen todas las lenguas, y que él denominó langue (lengua) y las realizaciones concretas de esa estructura que hacen todas las personas cuando hablan, a lo que denominó parole (habla).
La gramática formal es una codificación del uso desarrollada basándose en la observación. Al establecerse y desarrollarse las reglas, pudo aparecer el concepto prescriptivo. Las prescripciones permiten a la sociolingüística explicar las razones por las que un determinado grupo social utiliza construcciones diferenciales (Casetti, 1977: 33).
A partir de la Glosemática 3 del lingüista danés Louis Hjelmslev, la cual no es histórica ni normativa sino estructural, la lingüística se basa en los postulados que desatienden la lógica, la psicología y estudian el sistema de las lenguas particulares. (Alarcos, 1984: 14).
Situación de la gramática
La gramática provee al educando de una excelente base formativa. Es un producto cultural, forma parte del patrimonio compartido de todo individuo de una sociedad. Sin embargo, es tarea del profesor hacerle entender esto al educando, quien si llega a comprender esto, verá que la gramática es un aliado en su aprendizaje de la lengua. La gramática del discurso en su paradigma funcional que implica que el lenguaje es un instrumento de interacción social, comunicación contexto en uso, acto de lenguaje condicionado por factores externos universales condicionado por el propósito de comunicación, características de usuarios y contexto en que se usan; sintaxis como conjunción de pragmática y la gramática del discurso. (Serrano, 1993: 6-7).
En el ámbito de las lenguas extranjeras, como reacción al uso de tanta gramática, se introduce, precisamente en estos años, principalmente en los setenta en México (en Europa en los sesenta, ya que en nuestro país hay una recepción posterior que en el continente europeo y los EEUU de los conocimientos, por lo general), el método audiolingual en el que se trata de evitar el empleo de la gramática –sobre todo al inicio–, si bien, no se evade del todo, al menos se disfraza.
De las cuatro habilidades, las que cobran predominio son la auditiva y la oral. Si bien tuvo ventajas, ya que motivaba al alumno con un avance más rápido en un inicio, después el aprendiente mismo se daba cuenta de la falta que le hacía la gramática para poder crear, producir, elaborar, en una palabra para expresarse en la L2.
Se continuó con los estudios acerca de esta problemática que presentaba la gramática en el aprendizaje de una lengua extranjera. Entre las deficiencias de la gramática tradicional, se cuenta el que las restricciones del código no determina el orden semántico, pero contribuyen a limitarlo cercarlo u orientarlo, en cuanto a la relaciones lógicas o aspecto expresables: “[…] las preocupaciones semánticas tampoco determinan el orden gramatical, pero imponen una selección entre las posibilidades que ofrece el código en lo que a las selecciones léxicas se refiere”. (De Kock, 1990: 12)
Así, para subsanar las deficiencias, en los años ochenta ya se habla de una gramática pedagógica (Saporta, 1986: 81), es decir, aquella puesta al alcance del usuario general, que no se especializa en la lengua, que no es lingüista. Se trata de presentar una gramática digerible, sn rebuscamientos o términos lingüísticos, sin agobiar al lector con el tema, que no debería tratarse de forma exhaustiva, sino presentado de forma adecuada para el uso de un lego. Hay un auge de la interdisciplinariedad entre la sociolingüística la psicolingüística, ya que el ser humano no se aísla, y las experiencias en la comunicación diaria tan solo son un aspecto de su vida y, siempre existe una interrelación entre todas las actividades que realiza.
No obstante, aún hay distintas respuestas, según la apreciación que se tenga del lenguaje. Existe el formalismo, cuyo centro es la cognición y su base el pensamiento. Esta corriente se contrapone al funcionalismo, cuyo núcleo es comunicar y su base la comunicación. Los representantes de la primera corriente defienden el uso de la gramática, mientras que los segundos atacan su aplicación en la ELE. No obstante resulta muy tajante esta visión. El mostrar una postura más incluyente en la cual no sean excluyentes o sean incompatibles los formalistas y los funcionalistas sino que exista entre estas dos tendencias una complementariedad resulta ser más razonable.
Paul Roberts (Roberts, 1956: 56) menciona que, por supuesto la gramática no es la única que nos permite poseer un conocimiento sólido de una lengua, sn embargo es la base, forma los cimientos de ésta.
La primera corriente posee un sistema léxico-gramatical central, un vínculo entre la expresión fónica y el significado. En tanto que el sistema léxico-gramatical de la segunda es dependiente y la gramática es reductible a la semántica y al pragmatismo.
“[…] dass explizites grammatisches Wissen eine qualitative andere Art von Wissen ist als die Fähigkeit, grammatisch richtig zu sprechen, und dass es diese Fähigkeit nicht ersetzen kann” (Tschirner, 1996:11). 4
Con esto se presenta la pregunta de manera natural de si el ocuparse de la gramática de forma explicita sea innecesaria o superflua.
No quiero responder con un simple no a esta pregunta porque pienso que el practicar las estructuras gramaticales siempre tiene sentido, hay que tener claridad acerca de cuál es la meta y el objetivo. Lejos de una oposición debería haber un patrimonio cultural compartido.
En la actualidad existe una opinión unánime en que se apoya a la adquisición de gramática como parte esencial en la ELE. Por ejemplo si tenemos en cuanto a la morfología verbal la conjugación, el corpus de los verbos regulares en alemán, resulta fácil aprender que las terminaciones son constantes para cada uno de los pronombres personales y que los cambios son relativamente pocos y que se presentan en la segunda y tercera personas del singular, mientras que el plural siempre es regular, a excepción del verbo sein (ser o estar).
Si el alumno comprende que la gramática le facilitará el aprendizaje de la lengua, se habrá adelantado un gran paso.
Otro ejemplo, relativo a la conjugación es la de los verbos modales. Si el alumno aprende las reglas simples que son:
- La conjugación del singular es irregular. Así que uno debe aprenderse la primera persona
- La segunda es igual a la primera, pero co n la terminación clásica o común de la segunda persona del singular que es “–st”.
- La tercera persona del singular es igual a la primera
- El plural es regular
- Los verbos modales van acompañados siempre de un verbo en unitivo que ocupa el último lugar de la frase
Siguiendo estas reglas, no tendrá que aprenderse cada uno de los cinco verbos modales y en caso de duda, recordando las reglas que siguen una lógica y por lo tanto son más fáciles de recordar que cada caso aislado, se resolverá el problema.
La progresión de la gramática debería basarse en la sucesión natural de adquisición nuevas estructuras que puedan ser procesadas cuando el aprendiente esté preparado para ello, es decir, cuando posea la madurez suficiente para esto. Con esto queremos decir que el material por aprender se reduce, pues lo que la gramática hace es sistematizar el conocimiento. En defensa de la gramática es el propio M.A.K. Halliday 5 quien propuso el análisis del discurso que en un inicio dijo superaba a la gramática, ahora reconoce la falta de esta; “Sin la gramática no hay manera de hacer explícita nuestra interpretación del significado”. (Halliday, 2002:74)
Hay un renacimiento de la gramática, al que se muchos denominan “mal necesario”, proveniente de las corrientes cognitivas y lingüístico-constructivas. Surgen numerosas publicaciones entre las que se cuentan (Völzing 1995, Helbig 1992, Funk/König 1991 y 2004, Götze 1996, Jung 1993, Weydt 1993, Kwakernaak 1996) y Gramaticas con una orientaron hacia el aprendizaje de la lengua (Rug/Tomaszewski 1993, Hall/Scheiner 1995, Engel/Tertel 1993, Weinrich 1993) en el contexto alemán, hablo estos autores porque imparto la lengua alemana en nuestro centro de lenguas de la UAM-A.
Este renacimiento, no consiste en un retorno a la gramática se que enseñaba anteriormente, sino que se tiene en cuenta el énfasis que se tienen que hacer, de acuerdo a las últimas teorías, en el aspecto funcional de la gramática:
Diese Grammatik-Renaissance manifestiert sich nun - glücklicherweise - nicht als Rückkehr zu einer einseitig formorientierten strukturellen Grammatik, sondern es wird nahezu einstimmig auf die Wichtigkeit funktionaler Aspekte der Sprachbeschreibung hingewiesen, oft bei gleichzeitiger Forderung nach größerer Phänomendichte und Beschreibungstiefe. Im Einklang mit kognitiven, den Lernern eine aktivere Rolle beim Wissensaufbau zuerkennenden Lernkonzepten, steht auch der Wunsch nach systematischerer Grammatikvermittlung, weg von der "Häppchengrammatik". (Koenig, 2004: 296) 6
Es decir, la gramática vista globalmente, de conjunto en su contexto de la realidad, desde una panorámica y en uso.
En este entendido se expresa también el germanista Fabricius-Hansen acerca de la gramática:
"zuverlässige, präzise und verständliche Deutschgrammatiken, die besonders relevante und typologisch charakteristische Erscheinungen fokussieren, wobei grammatische Regularitäten soweit aktuell auch funktional, aus sprecherschreiberbezogener (produktiver) wie aus hörerleserbezogener (rezeptiver) Perspektive, erklärt oder kommentiert werden sollten." 7
Reivindicar hoy día la enseñanza de la gramática parece además de tarea titánica, inútil, dicen algunos. Di Tulio la considera causa perdida. (Koenig, 2004: 299) Se ha proclamado la nulidad pedagógica por pedagogos y docentes inconscientes: “Quelle grammaire enseigner?” (Bérard, 1995:24). Actualmente predomina la corriente pragmática, o sea de la lengua en uso, lo importante es que el aprendiente cuente con los instrumentos necesarios para poder expresarse en determinado momento cuando lo necesite.
Ya en los libros no se presenta un marco teórico único, ni una corriente limitada como la fue la tradicional, sino ahora se hace uso de un eclecticismo moderado y funcionalista. Se eluden discusiones teóricas. (Gómez, 2007: 98)
Utilidad de la gramática
Estudios comparativos han demostrado que quien conoce la gramática de la lengua de la cual es nativo hablante posee conocimientos más sólidos que le permiten precisamente producir y comprender mucho mejor la L2 (Lyons, 1969: 112). Por consiguiente la gramática no debe ser vista como una carga o un “mal innecesario”, sino como un facilitamiento en el aprendizaje de la gramática de la L2. En lo que sí estamos de acuerdo es que se debe enseñar al alumno a construir sistemáticamente de forma correcta, sin ir por supuesto al origen de los cambios o buscar explicaciones más allá de lo que necesita el alumno. De este modo en caso de que el aprendiente no conozca la terminología lingüística o no esté especialmente interesado en ella, no debería mencionarse, ya que el hablar de léxico desconocido para él, por ejemplo, resultaría inadecuado, no les sería significativo.
Anteriormente, quien estudiaba una L2 no podía prescindir de conocimientos sólidos de la gramática en la L1. Se hacían no solo análisis gramatical, sino lógico, por ejemplo en el francés. En el alemán se hacia un énfasis –quizá un poco exagerado– en el género de los sustantivos y en los casos, lo que hacia que el estudiante abandonara su ilusión de aprender estas lenguas, así como ya había abandonado antes el inglés –lengua que se aprende obligatoriamente en el sistema de educación mexicano, a partir de la escuela secundaria– y desertaran.
En realidad, la gramática consiste en ejercer constantemente una reflexión intelectual y argumentativa. Con el uso del sistema se facilita y economiza el aprendizaje de la L2.
Andrés Bello dice a propósito de ella, y sus palabras siguen siendo actuales a pesar del paso de los años: “se trata de que a través de la gramática se comprenda mejor el significado de una construcción, se reconozca su inversión en el sistema de la lengua y se seleccione su análisis entre varias respuestas alternativas”. (González, 1998:54)
Angela di Tullio afirmó que la gramática es básica para el estudio de las lenguas extranjeras. Aunque en el enfoque intercultural-comunicativo se hace énfasis en la comunicación, en la actualidad, se ha comprobado que la gramática es indispensable de cualquier forma. Se gana en tiempo y se requiere de menor esfuerzo, de forma considerable, si el estudiante cuenta con un conocimiento de la gramática de su propia lengua lo que le permite advertir los contrastes y posibilidades críticas de las divergencias entre la gramática de L1 y gramática de L2. (Di Tullio, 2005:126).
Del conocimiento de las reglas gramaticales no se asume necesariamente como secuencia la capacidad de usar el lenguaje de manera adecuada. (Koenig, 2004: 295). No obstante en la compresión y producción de un texto se ha comprobado la incidencia del conocimiento gramatical. (Boss, 1948: 75).
La gramática no es una condición suficiente, pero si necesaria para logra los objetivos de la (ELE). Así, la gramática es una parte sustancial de ella.
En defensa de la gramática podríamos mencionar que al desplazar a la gramática del currículo se notó en la evaluación una pérdida notoria en dos campos: en el ejercicio intelectual de descripción y formulaciones de los mecanismos formales operantes en el sistema del lenguaje y en la adquisición de las habilidades metalingüísticas.
Explicaremos un poco a que nos referimos con estos dos puntos:
- El ejercicio intelectual de descripción y formulación de los mecanismos formarles operantes en el complejo sistema del lenguaje requieren un considerable esfuerzo de abstracción y deducción. Tratándose de un ‘corpus de conocimientos’ que puede considerarse en lo fundamental objetivo, sistemático y sin contradicciones internas, la gramática es herramienta fundamental para sistematizar una lengua. La capacidad formativa de la gramática es similar a la de las matemáticas o lógica y se realiza a partir del sistema que el estudiante conoce y usa diariamente (Del Bosque, 1994:36).
- La adquisición de habilidades metalingüísticas. Una conducta metalingüística es una conducta de control del lenguaje. Las habilidades metalingüísticas se proyectan deliberadamente, a la reflexión del lenguaje, a su adecuada producción y a la supervisón de su comprensión. Esta conciencia metalingüística no proviene enteramente del conocimiento implícito que como hablante nativo tenemos de nuestra lengua, sino que requiere de un aprendizaje correctamente enseñando para resultar en un instrumento eficaz. (Del Bosque, 1994:12)
Creo que en la actualidad la enseñanza de la gramática está recuperando terreno, ya que se ha visto la necesidad e importancia de su presencia. Con un respaldo sólido en su aplicación, un correcto aprendizaje de la misma resulta ser un instrumento eficaz en la crisis de su falta o su práctica inexistencia en la lengua materna de la mayoría de los aprendientes.
El protagonismo de la gramática en los planes de estudio está bien justificado, ya que la actividad que ayuda a dominar esta materia (esta técne o ars) es el principal instrumento que tenemos no sólo para comunicarnos con los demás en la vida corriente, sino también para estudiar, para disfrutar de la lectura, para entender los mensajes hablados o escritos de todo tipo, para exponer nuestras ideas, de palabra o por escrito, para defenderlas. No se debe caer en la tentación de menospreciar, la gramática es la instrucción y guía del lenguaje instrumento imprescindible para quien aprende una lengua extranjera.
En nuestros días otra vez cobra impulso el empleo de la gramática pero dosificándola en mayor medida que anteriormente y evitando el uso de los términos lingüísticos técnico-científicos para la mayor parte de los usuarios. Se le presenta al alumno en un formato agradable, en que se enfaticen los cambios o lo que se desea resaltar, ya sea con negritas o con colores, muchas veces con tablas anexas o integradas que resuman cierta temática.
Y finalmente quisiera concluir mencionando lo que atinadamente mencionó Bettina Boss. La lección de gramática debería redimensionarse de acuerdo al lema: “Menos es más”. (Boss, 1948:73).
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1 (Demasiadas gramáticas todavía están llenas de toda clase de expresiones que nadie o prácticamente nadie usa más, mientras que, por el contrario, no prestan atención al uso frecuente o coloquial). Las traducciones son de la autora del presente artículo.
2 Hay quienes aseguran fue Dionisio de Tracia. Véase: Irma Munguía, Zatcrain (UAM); Gilda Rocha Romero (UPN) et al., Gramática de la lengua española. Reglas y ejemplos, p. 3.
3 Louis Trolle Hjelmslev (1899-1965). Fundador del Círculo Lingüístico de Copenhague en 1931. La glosemática es la teoría lingüística elaborada por el lingüista danés Louis Hjelmslev que tiene por objeto explicitar las intuiciones profundas de Saussure. Es una teoría formalista que no implica una negativa a considerar el contenido, sino que pretende dar una descripción formal a los hechos de significación. La glosemática atribuye, por tanto, un papel central a la forma, depurada de toda realidad semántica o fónica, y relega a un segundo plano la función, sobre todo el papel que el lenguaje representa en la comunicación, pues ésta está ligada a la sustancia.
4 (El saber gramatical explícito, un tipo cualitativo distinto de saber es como la habilidad de hablar gramaticalmente de forma correcta y que esta habilidad no se puede reemplazar).
5 Halliday propone estudiar el lenguaje considerando tres potencialidades del ser humano: el de conducta– que corresponde a lo que el ser humano pueden hacer, condicionado por los contextos culturales–, el de significado –corresponde a lo que el mismo puede significar y está condicionado por las diferentes funciones que desempeña el lenguaje en los diversos contextos situacionales– y el lingüístico –se vincula con lo que el hombre puede decir y está condicionado por la estructura de la lengua que habla–.
6 (Este renacimiento gramatical se manifiesta, pues –por suerte– no como un retorno a una gramática estructural de orientación unilateral sino unánimemente se inclina de forma necesaria hacia los aspectos funcionales importantes de la descripción de la lengua, al mismo tiempo a la exigencia de las descripciones más profundas de los fenómenos herméticos. En concordancia con el aspecto cognitivo el aprendiente en su papel activo de la construcción de su conocimiento conserva también su deseo de la construcción y transmisión de la gramática sistemática fuera de la “gramática de bocadito” –parcial-).
7 (Las gramáticas alemanas confiables, precisas y comprensibles, que enfocan en particular características tipológicas y apariciones relevantes, con lo que las regularidades gramaticales actuales como funcionales, deberían ser explicadas o puestas en claro en relación a la perspectiva del productor al receptor, es decir al hablante y al oyente).
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