Lengua
 

La lengua inglesa, paradoja de los países poscolonialistas en Things Fall Apart

Alejandra Sánchez Valencia, UAM-A

 

El hecho de que las naciones denominadas del “tercer mundo” hubiesen sido con anterioridad colonias europeas ha dejado una impronta respecto a lo que el sociolingüista Joshua Fishman ha denominado “la lealtad a la lengua”.  1  ¿Qué idioma utilizar, particularmente cuando los idiomas han sido calificados de acuerdo a relaciones de poder o prestigio? ¿Qué repercusiones tiene en la literatura esta situación? ¿Qué sucede, por ejemplo, en un país como Nigeria donde conviven 200 grupos étnicos? ¿Cuál es la lengua con la que logran establecer contacto entre ellos? ¿A qué decisión tiene que enfrentarse el escritor africano para gestar su obra literaria? ¿Es suficiente un idioma como “vehículo” de la experiencia cultural? En caso de emplear la lengua dominante, la de los antiguos colonizadores, ¿se cae en una situación de deslealtad a la comunidad? ¿Deben operar razones prácticas para efectuar tal selección a sabiendas de las ventajas y desventajas que pueden obtenerse? ¿Existiría, de ser posible, alguna alternativa que enriquezca la visión de las lenguas en contacto.

Es de interés, en el ensayo siguiente, llevar a cabo un análisis de la novela Things Fall Apart de Chinua Achebe, (publicada en 1958) de tal modo que pueda reflexionarse en las posibles respuestas a las anteriores preguntas. Uno de los propósitos del escritor fue contar la historia de una comunidad en su país desde su punto vista, el de un africano bilingüe y así colaborar en la reconfiguración de la percepción que se tiene de la historia y cultura africanas.

Achebe,  2  respecto a la relación entre el escritor africano y el uso del inglés, comparte su experiencia sobre “A Conference of African Writers of English Expression”, donde sale a relucir que entre los mismos coterráneos hay disputa por llegar a establecer consenso respecto a lo que es la literatura africana y el idioma a utilizar en ésta: ¿Debe considerarse al África negra, al continente en su totalidad o sólo el sur del Sahara? ¿Debe producirse en tal continente o debe ser sobre éste? ¿Y el idioma? ¿Cuál emplear: árabe, francés, inglés, portugués, afrikáans...o las lenguas nativas?

Achebe llega a la conclusión de que se necesita considerar a la nación entera, utilizar la lengua de ésta y considerar la posibilidad de un público lector en otras latitudes:

“A national literature is one that takes the whole nation, the African writer and the English language for its province and has a realized or potential audience throughout its territory. In other words a literature that is written in the national language. An ethnic literature is one which is available only to one ethnic group within the nation. If you take Nigeria as an example, the national literature, as I see it, is the literature written in English; and the ethnics literatures are in Hansa, Ibo, Yoruba, Efik, Edo, Ijaw, etc., etc.”  3 

¿Qué es entonces lo que particulariza Things Fall Apart para que haya tenido el impacto de haber sido traducida a 45 idiomas y empleada en los cursos de literatura, para haber recibido el premio Margaret Wong Memorial? El uso creativo de las lenguas y la manera en que éstas reflejan un cosmos, la cultura, una manera de ver la vida. Lejos de ser presentada como primitiva, a la comunidad de Umuofia se le presenta compleja y dinámica. Se trata de la visión de lo que sucedió a la comunidad Igbo en tiempos del colonialismo británico, los propios conflictos internos que debilitaron su resistencia ante el impacto extranjero en comercio, tecnología, religión y gobierno. No es la representación estereotipada de “los otros exóticos” o “buenos salvajes”.

Things Fall Apart, novela dividida en 25 capítulos, debe su título al poema “The Second Coming” del irlandés W.B.Yeats:

“Turning and turning in the widening gyre
The falcon cannot hear the falconer;
Things fall apart; the center cannot hold;
Mere anarchy is loosed upon the world”. 4 

Nacido como visión apocalíptica de su tiempo, el poema inspira a Achebe para mostrar un desmoronamiento al interior de la comunidad de Umuofia y mostrar el impacto que provoca el choque de las diferencias internas y la presencia de la alteridad, en este caso religiosa.

La trama gira en torno a Okonkwo, la manera en que se labra una vida diferente en oposición a Unoka –su padre-. Achebe privilegia el uso de binomios en el comportamiento de estos dos personajes con lo que favorece una tensión dialéctica desde el principio, sin llegar a caer en la tipología, pues conforme se avanza en la lectura se descubre a un Okonkwo amoroso que no permite mostrar su fragilidad, por ejemplo, al momento en que da muerte a su hijo adoptivo pese a ser su preferido. La gran ironía del final es descubrir en Okonkwo al héroe trágico.

Achebe privilegia el manejo dicotómico en tanto resulta  motivo anticipatorio en una situación micro –a nivel familiar- a lo que devendrá macro –situación de dos naciones diametralmente opuestas: colonizadores y colonizados-, con lo que va creando una atmósfera in crescendo.

Unoka, persona de trato amable y con facilidad para narrar –propio de las mujeres que dicen cuentos-, es un bebedor irresponsable que adquiere deudas sin poder cumplirlas, muere en deshonra y es calificado de “agbala” –quien se parece a las mujeres en su debilidad y por carecer de bienes materiales-. Okonkwo, dolido por la experiencia con su padre durante la infancia, busca labrarse una identidad en contraposición a aquél. Podemos ver, desde la concepción junguiana una contraposición entre ánima y ánimus, el lado más sensible y el más fuerte en una personalidad.

Así, sus rasgos se delinean entre la valentía, productividad, religiosidad, seriedad, exigencia, intolerancia y despotismo. Adolece, sin embargo, de un miedo que no se vincula a su relación con el mundo externo (luchas, animales, esposas, hijos) sino a la impronta del padre y la posibilidad de que en algo pudiera parecerse a él: “And so Okonkwo was ruled by one passion –to hate everything that his father Unoka had loved. One of those things was gentleness and another was idleness”. 5  Achebe juega entonces a un nivel familiar con la identidad y la otredad. Okonkwo se reconoce como un “sí mismo” al contrastar sus características y ver todo aquello que “no es”: el padre.

Things Fall Apart, nos cuenta en doble vía de la caída del héroe trágico: Okonkwo y la cultura Igbo (en la sección oriental de Nigeria). La primera gran victoria del personaje principal fue ganar la lucha a “Amalinze el gato” y de ahí en adelante prorrumpir en una carrera de éxitos económicos y de líder comunitario. Es entonces cuando se le pide hacerse cargo de Ikemefuna (ofrenda de paz de los Mbaino - tribu con la que estaban en guerra-).

Con esta información Achebe demuestra las complejidades en la propia existencia africana, la manera de arreglar los conflictos existentes, pero no habla de ningún paraíso dorado por el que deba sentirse nostalgia en el momento de utilizar la conmovedora frase “Things Fall Apart”. Por otra parte, con esta incorporación  podrá redondeársele a él como personaje, sentando las bases para su desenlace trágico como héroe.

Ogbuefi Ezeuder –el anciano de la comunidad- revela  a Okonkwo el mensaje del oráculo: matar a su hijo Ikemefuna como retribución de la muerte de la mujer de los Mbaino que mataron 3 años atrás. Él no debe participar en el asesinato para evitar la mala fortuna que podría generarse. No deja de resultar curioso que siendo una comunidad africana, la situación tenga reverberancia del hipotexto bíblico, del Génesis, donde Dios pide a Abraham le ofrende a su hijo Isaac, o como sucede más tarde en el Nuevo Testamento donde Jesucristo es la ofrenda.

Okonkwo, por temor a parecer “agbala” –femenino-, decide participar en la matanza y él mismo, con un machete da fin a Ikemefuna. Nwoye –hijo de Okonkwo- se da cuenta de lo que ha hecho su padre y se distancia tanto de él como de la comunidad.
Una vez más, Achebe da un giro de tuerca para que el ciclo: identidad-otredad vuelva a repetirse, lo que sienta las bases, más tarde, para que los misioneros ingleses (la otredad) encuentre un terreno fértil en los que desean convertirse. Nwoye se unirá a “los otros”, queriendo ser diferente a la esencia del padre. La gran ironía utilizada por Achebe es el cambio de nombre del personaje que decide llamarse “Isaac” y al aprender el idioma (inglés) y costumbres extranjeras se convierte en uno de los intérpretes de “los otros” y promotor de “la otredad” en la que son acogidos  los discriminados de los Igbo, incluyendo a los gemelos, teniendo así una oportunidad de vida.

Con el paso del tiempo el carácter de Okonkwo se vuelve más intolerante e irritable, incluso desobedece las costumbres sagradas, como en la reunión de los nueve líderes del clan, los “egwugwu” que deben escuchar los asuntos de pie y él se sienta. Ezinma, la hija preferida del héroe, enferma de gravedad y la sacerdotisa Chiello según mandato del oráculo pide que se la lleven. ¿Hasta qué punto es relevante este pasaje? En la medida en que se concatenan los males para Okonkwo, llegando al clímax con su asistencia al entierro de su amigo Ezeudu –uno de los líderes que le aconsejó no participar en la matanza de Ikemefuna-.

Achebe continúa sumando una defragmentación al interior mismo del personaje y su comunidad: “todo se desmorona”, lo que venga después será la gota que colme el vaso, pero no la causa entera del desquebrajamiento. A Okonkwo se le dispara el arma en forma accidental y muere el hijo de 16 años de Ezeudu –crimen contra la tierra-. Exiliado de Umuofia junto con su familia parte a Mbanta durante siete años y si bien es cierto hay un eco judío-cristiano con el número que representa los días de la creación y el descanso, desde la perspectiva africana es un tiempo de penitencia e irónicamente destrucción (otro binomio) para lo que alguna vez fueron los bienes de Okonkwo.

Ya está sentado el terreno sobre el que entrará “lo extraño”: un misionero inglés entra en bicicleta a la comunidad de Abame y advertidos éstos por el oráculo de la llegada de un extranjero que destruirá su comunidad deciden matarlo, dando así motivo a los otros “blancos” para ir a cobrar venganza. Esta ironía reverbera tanto de la tragedia griega (Edipo) como de los cuentos folclóricos. 6 

Los “efulefu” (parias) de la comunidad son los primeros conversos al cristianismo. Obierika, el mejor amigo de Okonkwo, lo visita en el exilio para advertirle cuanto está sucediendo en la comunidad:

“It is already too late (…) Our own men and our sons have joined the ranks of the stranger. They have joined his religion and they help to uphold his government. (Cuando Okonkwo se entera que el extranjero es ahora el encargado del reparto de la tierra pregunta...) ‘Does the white man understand our custom about land?’ ‘How can he when he does not even speak our tongue? But he says that our customs are bad; and our own brothers who have taken up his religion also say that our customs are bad. How do you think we can fight when our own brothers have turned against us? The white man is very clever. He came quietly and peaceably with his religion. We were amused at his foolishness and allowed him to stay. Now he has won our brothers, and our clan can no longer act like one. He has put a knife on the things that held us together and we have fallen apart”. 7 

Achebe recrea entonces lo que es el encuentro de dos comunidades diferentes, donde una se impone a la otra. Los pocos hombres que deciden unirse al regreso de Okonwo para luchar contra los extranjeros son asesinados y nuestro héroe trágico termina por suicidarse, con lo cual ni siquiera puede tener una sepultura al estilo de sus antepasados, una ironía más dentro de la novela, pues si el padre –Unoka- murió en deshonra, la situación final de Okonkwo es mucho peor. El autor deja ver la importancia que tiene una lengua para la comprensión de una comunidad.

            El gran toque final lo da Achebe en la última escena. El Reverendo James Smith sustituye al carismático Mr. Brown y llega a la comunidad con la actitud de un colonizador déspota que no tiene la menor intención de conocer o llegar a comprender un poco la lengua, la visión del mundo de la “otredad” en que ha irrumpido y así en esa autovisualización de lo seres que llevan la civilización a los diferentes lugares de África termina la historia:

“(...) As he walked back to the court he thought about that book. Every day brought him some new material. The story of this man who had killed a messenger and hanged himself would make interesting reading. One could almost write a whole chapter on him. Perhaps not a whole chapter but a reasonable paragraph, at any rate. There was so much else to include, and one must be firm in cutting out details. He had already chosen the title of the book, after much thought: The Pacification of the Primitive Tribes of the Lower Niger”. 8 

Achebe, con una impresionante economía diegética ha dicho todo y responde así, en buena medida a las preguntas con las que inicia este ensayo. El autor contrapone dos puntos de vista: el del conquistador que no entiende ni se interesa en comprender los “por qué” culturales del mundo al que está accediendo y el punto de vista del narrador, que de aquella “simple historia a contarse en un párrafo” según el conquistador, ha valido la pena contarla en una novela, donde el inglés y el Igbo se han dado cita para crear la atmósfera del contacto de dos culturas diferentes, y donde la última gran ironía es que la lengua del conquistador es ahora el vehículo para narrar la historia desde los conquistados, llegando a un público mundial. La postura de Chinua Achebe podría redondearse con este clásico ejemplo de la Lingüística:

“Sea lo que fuere, la jerarquía de las lenguas es un hecho social y no lingüístico, pues se establece por razones ajenas a la propia lengua. (...) diremos que un filósofo bien podría componer en bretón un tratado de filosofía, pero su obra no sería leía ni comprendida: los bretones que lo hablan son campesinos o pescadores y no se interesan por la filosofía; y los filósofos que ignoran el bretón porque no es una lengua de cultura, no se enterarían de aquel tratado”. 9 

 

Bibliografía

Achebe, Chinua. Things Fall Apart. Anchor Books. New York, 1994.

_____, “The African Writer and the English Language” en Morning Yet on Creation Day. Ed. Heinemann. London, 1975.

Anaya, Ferreira Nair María. La otredad del mestizaje: América Latina en la literatura inglesa. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional Autónoma de México, 2001.

Anderson Imbert, Enrique. Teoría y técnica del cuento. Ed. Ariel. España, 1999.

Ashcroft et al., The Empire Writes Back. Ed. Routledge. London & New York, 2003.

_____., ”Ambivalence, Hybridity, Mimicry” en Key Concepts in Postcolonial Studies. Ed. Routledge. London, 1999.

Castle, Gregory, ed., Postcolonial Discourse. An Anthology. Ed. Blackwell. London, 2001.

Kandiyoti, Deniz. ”Identity and its Discontents” en Williams, Patrick; Chrisman, Laura (eds.)  Colonial Discourse and Postcolonial Theory. Ed. Harvester Wheatsheaf. Hemel Hempstead, 1993.

Loomba, Ania. ”Feminisms, Nationalism and Postcolonialism” en Colonialism/Postcolonialism. Ed. Routledge. London, 1998.

McLeod, John. Beginning Postcolonialism. Ed. M.V.P. Manchester, 2000.

Said, Edward. Orientalism. Ed. Penguin. Harmonchowork, 1995.

Smith, Zaadie. White Teeth. Vintage International. New York, 2001.

Villoro, Luis “Sobre la identidad de los pueblos” en Ruiz, Ramón Eduardo; Ruiz, Olivia Teresa. (Eds.) Reflexiones sobre la identidad de los pueblos. El Colegio de la Frontera Norte. México, 1996.

Wa, Niongo Nguggi, “The Language of African Literature” en Decolonising the Mind: The Politics of Language in African Literature. Ed. James Currey. London, 1986.
 

 1  Cfr. Fishman, Joshua A. Language Loyalty in the United States . Ed. Armo. E.U., 1978. El término es utilizado a propósito de la sociedad multilingual en los Estados Unidos, los grupos minoritarios que entre sí emplean la lengua de origen pero dentro de la “melting pot” la lengua vehicular es el inglés.

 2  Cfr. Achebe, Chinua, “The African Writer and the English Language” en Morning Yet on Creation Day . Ed. Heinemann. London, 1975.

 3  Íbid ., p.93.

 4  Bernard, Robert. Breve historia de la literatura inglesa. Alianza Editorial. España, 2002. p. 237. En español:
Las cosas se desmoronan; el centro no puede mantenerse,
la más pura anarquía cubre el mundo, desatada,
la corriente, teñida de sangre, se ha desatado, y por todas partes,
la ceremonia de la inocencia muere ahogada.

 5  Achebe, Chinua. Things Fall Apart. Anchor Books. New York, 1994.p.13.

 6  Por ejemplo, a Aurora -La bella durmiente- un hada mala le desea la muerte al picarse el dedo con una aguja, los reyes dan la orden de que desaparezcan todos los usos del reino y para los 15 años de la joven, el único lugar a donde no se le permitía la entrada –la torre-, se le antoja para entrar, descubrien ahí un extraño aparato nunca antes visto (un uso) que toca, se pincha y gracias al contrahechizo de un hada no muere, ¡sólo duerme 150 años!

 7  Achebe, Things Fall Apart (Op.cit.) p. 176.

 8  Achebe, Íbid., p. 209.

 9  Leroy, Maurice. Las grandes corrientes de la lingüística. Ed. Fondo de Cultura Económica. México, 1992. p. 78.

  ReLingüística Aplicada no. 4